A menudo es difícil sacar lo mejor de nosotros mismos cuando descubrimos que alguien nos hiere, ya sea con palabras o con malas acciones. La reacción inmediata es ponernos a la defensiva y actuar de forma muy parecida a las personas que nos hirieron.

Cuando practicamos el autocontrol, parece más fácil sacar lo mejor de nosotros mismos y no actuar impulsivamente como las personas que están mal adaptadas hacia nosotros.

Lo mejor de nosotros está muy escondido en un lugar muy íntimo de nuestro corazón. Ahí están las cosas maravillosas que atesoramos de nosotros mismos, como el amor, la paz, la alegría, el autocontrol, la honestidad, la sinceridad, la compasión y nuestra gran capacidad de perdonar.

Las joyas más preciadas de nuestra vida se encuentran en nuestro corazón. El amor nos lleva a tener las mejores y más excelentes relaciones humanas. El perdón es algo hermoso que debemos tener en nuestro corazón. Si actuamos como actúan los que nos ofenden, entonces nos llevarán a sacar las cosas negativas de nuestro corazón. El perdón nos libera de la carga del odio y el resentimiento.

Lo mejor de nosotros nunca puede depender de los demás, sino de nosotros mismos. Debemos mostrar siempre empatía y amor por todas las personas. Ciertamente, no caeremos bien a todo el mundo, pero eso no implica que debamos tratar a la gente a patadas.

Saca siempre lo mejor de ti, porque sencillamente reside en tu corazón. No dejes que lo mejor de ti se limite al trato que recibes de los demás. No te canses nunca de hacer el bien, aunque nos encontremos con personas que nos devuelven mal el bien.

Del buen tesoro del corazón siempre sacaremos los mejores tesoros que tengamos allí escondidos. La vida espera lo mejor de ti, aunque los demás no sepan valorarte.