Dato curioso del día / El tiempo es la cachetada de la vida

Les cuento que, tras haberse atravesado ante mis ojos uno de esos videos del antes y el ahora de un lote de actores y actrices de Hollywood, he llegado a la conclusión de que el tiempo es la más grande cachetada de la vida. Pues se trata de comparar algo que nos llena de asombro: ver la cara de una persona de cuando era adolescente y de inmediato ver la cara de la misma persona, pero para cuando ya tiene en el pecho 80 o 90 años de edad. Y es cuando ciertas expresiones nos llegan a la mente: “Increíble. Qué bonita era la mujer”, “los años no pasan en balde”, “nada dura para siempre”, “todo pasa, todo se acaba”, y etc.

Algunas personas hacen lo imposible por luchar contra el envejecimiento y hay veces, si las circunstancias se lo permiten, que gastan cuantiosas sumas de dinero en una incesante e inútil lucha contra la madre naturaleza. De modo que existen miles de seres que se niegan a aceptar el propio declive de su apariencia física, pero que, al final, terminan sintiéndose profundamente frustrados y devastados, aceptando lo que no se pudo evitar: el volverse viejo, arrugado, canoso y enfermizo y el sentimiento bochornoso de que a los demás no les agrada los viejos (bueno, a excepción de que tienen unos cuantos millones de dólares en los bancos).

El tiempo es implacable y poco a poco nos va pasando factura. De allí que uno no se explica cómo existe tanta gente malvada, arrogante y vanidosa que a la vuelta de la esquina se convertirán en piltrafas humanas a punto de caramelo o, dicho de otra manera, como decimos en Venezuela, bastante próximos a tirarse tres.

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