Dato curioso del día / Los zapatos voladores

La foto que les comparto la tomé a unas dos cuadras de mi casa, mientras el vecino del lugar me decía que los zapatos que colgaban de las líneas los habían lanzado unos pilluelos de por allí cerca. Bueno, en realidad los calificó utilizando una serie de palabras gruesas de las que no se deben escribir por acá. Pero yo considero que uno como adulto no debe ser tan extremista a la hora de juzgar a los niños, por la simple razón de que todos fuimos niños y muchas veces hicimos diabluras que nos ocasionaban risa y emoción para el momento, pero que luego, al rememorar los hechos, lo que sentimos fue pura vergüenza.

En mis tiempos de niño jamás se me ocurrió esta locura de lanzar pecuecas viejas al tendido de electricidad; pero, en su lugar, estuve incurso en otras barbaridades como, por ejemplo, esconderme en el tope de un cerro junto a otro maloso, y desde allí aventar traquitraquis a los que pasaban por allí. Mi papel era encender la mecha, mientras que el otro tiraba el petardo con la ayuda de una gomera o tirachinas. Recuerdo los tremendos carrerones que echaban algunos. Pero, ¿pensé en aquel entonces que a partir de eso se le podría ocasionar daños severos a las personas? No, no lo pensé.

De igual manera, a los chicos que tiraron los zapatos a los cables jamás les pasó por la cabeza, seguramente porque lo ignoraban, que las trenzas cuando se mojan generan cortos circuitos, lo cual puede dejar sin luz a buena parte del vecindario.

De allí que no es tan fácil lidiar con nuestros querubines, pero lo ideal es estar muy pendientes de ellos y nuestro deber es enseñarles valores.

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