Hablemos de salud y obesidad / La gordura no es buena consejera, por eso es bueno controlar el pico

Saludos cordiales a todos los que se preocupan por su buen estado de salud y saludos también a quienes el tema no les importa para nada.

Con respecto a mi experiencia personal, les confieso que cuando yo era adolescente algunas personas me llamaban “El fideo”, porque yo era bastante flaquito. Pero a medida que fue pasando el tiempo -cosas de la biología humana-, me fui rellenando poco a poco hasta que físicamente lucía mejor que Silvester Stallone en los tiempos de Rambo. (Je je je je).

Fuera de exageraciones, pasé de tener un peso de 55 kg a un peso de 62 kg cuando tenía los 21 años de edad y, si mal no me acuerdo, nunca sobrepasé los 70 kg de peso hasta después de haber cumplido los 30 años.

Pero el asunto cambió a causa de que ya no era un estudiante universitario; me había convertido en un trabajador de intenso ajetreo y actividad. En consecuencia, yo tenía suficiente capacidad para comprar comida suculenta y sabrosa en la calle y a costa de ello me fui aventando como una cochina, tanto así que alcancé temporalmente el peso récord de 83 kg.

Realmente me veía más feo que un carro por debajo y no me sentía bien de salud, porque me la pasaba cansado y se me subía la tensión más de lo normal y me daban unos dolores de cabeza que me inmovilizaban.

Luego hice unos leves esfuerzos para rebajar y regresé a los 75 kg, pero después volví a la tarea de comer como un demonio, hasta que alcancé el récord personal de los 93 kg de peso.

Fuente

Acudí al médico y seguí algunas de sus recomendaciones, a la vez que me mandó un tratamiento permanente para la hipertensión, y así logré rebajar hasta tener otra vez 83 kg.

Luego ocurrió algo de fuerza mayor: la economía venezolana colapsó, cayó de platanazos, y prácticamente los empleados públicos nos quedamos sin sueldo. En efecto, ya no pude volver a comer en la calle e, incluso, se me redujo la posibilidad de comer abundante y sabroso en mi propia casa. Como resultado, hoy en día me mantengo en un peso donde me siento muy cómodo: 73 kg, y si alguien me observa y piensa que me veo flaco, eso ni me va ni me viene. Pero, ojo, esto no quiere decir que yo estoy conforme con la pésima situación social y económica que vive mi país.

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