Historias Increíbles / Si no estudias te van a crecer unas orejas como de burro

De la colección de embustes que traigo de cuando era niño recuerdo los siguientes:

“Te va acrecer la nariz como Pinocho por andar de mentiroso”. Esto se lo decían a uno cuando lo cazaban metiendo cobas y, de puro imaginar que uno tendría una nariz larga como una zanahoria, lo más conveniente era no andar mintiendo. A los niños se les nota más las mentiras que a los adultos.

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“Si no estudias te van a crecer unas orejas como de burro”. Las frases así sonaban como regaño y advertencia a la vez y uno cuando niño había cosas que se las tomaba en serio, aunque a veces con algo de duda.

“Los niños que no estudian terminan siendo pordioseros”. Hay veces que los padres les dicen esta tontería a sus hijos. Es algo relativo, porque no necesariamente el que no estudia tiene que terminar en la mendicidad.

“Si sigues mirando así, se te van a salir los ojos”. Se lo decían a uno cuando lo veían que se quedaba lelo observando alguna cosa. De adulto recuerdo que una vez alguien me dijo lo mismo tan solo porque me quedé mirando a una criatura en minifalda que pasaba por allí.

“Si sigues con esos zapatos así de sucios, llegará el momento en que se te van a ir solos hacia el lavadero”. Era otra forma exagerada que se usaba para mandarlo a uno a lavar los zapatos mugrientos.

“Si no comes ensalada no vas a crecer y te quedarás pasmado”. Eso me lo repetían a menudo hasta que al fin aprendí a agarrarle el gusto a la ensalada en todas sus versiones, porque cuando niño fui un tanto mala boca.

“Los que no se comen toda la sopa terminan quedándose sin pelo”. De nomás imaginarse uno que será un adulto coco pelado, no le quedaba de otra, había que tragarse la sopa, aunque, como Mafalda, a regañadientes.

“Es mejor que los niños no beban café porque se pueden volver negros”. Recuerdo que alguien le dijo esta frase a uno de sus chicos. Pero lo mejor es no utilizarla ya que invita a los pequeños a que desprecien la gente por su color.

“A los niños que no se acuestan temprano los puede visitar el Coco”. El Coco viene siendo como una especie de fantasma Gasparín que asusta a las personas. Lo mejor del caso es no estar metiéndoles miedo a los chicos, porque eso a la larga les puede pasar factura.

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“Si sigues llorando te vas a secar como el monte”. Es una forma también exagerada de decirle a un niño que deje ya de llorar.

En conclusión, lo más aconsejable es no promover la mentira en los niños, tal como se indica en La Biblia: “No dirás falsos testimonios ni mentiras”, porque necesitamos un mundo de justicia y la mentira siempre ha sido una de las bases de la maldad desde que el mundo es mundo.

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