Mi historia de transformación / Luchando contra monstruos internos

Bueno, esto me hace recordar el libro de Franz Kafka, "La Metamorfosis"; una alegoría dramática sobre la transformación de un señor que se convirtió en una cucaracha. Pero vamos con las preguntas:

¿Qué fue eso que hiciste que consideras ha sido tu gran transformación?

Cuando era niño y adolescente, al igual que @josevas217, era demasiado tímido; parecía un animalito salvaje de los que se asustan y se esconden entre la maleza. Y me costó demasiado trabajo superar esa situación. Fundamentalmente, hice dos cosas a la vez: actuar y dejar pasar el tiempo.

El asunto positivo es haber estado consciente de que ser así no era bueno; que ser así te limita hacer las cosas y no te permite salir adelante. Sin embargo, todavía quedan vestigios o relictos de esa timidez, de ese miedo, de esas ganas de esconder la cabeza como el avestruz. Pero hay una gran diferencia entre el antes y el ahora.

¿Tuviste obstáculos para lograrlo? ¿Cuáles fueron y cómo los superaste?

No tuve mayores obstáculos. En estos casos la mayor barrera es uno mismo. La timidez o el miedo a comunicarse, el siempre sentir que uno lo que hace es molestar o estorbar, todo eso se complementa y se convierte en una especie de monstruo al que uno tiene que enfrentar.

Me tocó enfrentarme a ese monstruo, a esa especie de Goliat. Disimulando que era valiente y que no le temía, pero que no me quedaba de otra porque en realidad yo quería vencerle.

Y aunque no me considero un sujeto del otro mundo, creo que logré vencer a lo que me venía aplastando desde hacía tiempo.

¿Cómo te sentiste al lograr esa transformación? ¿Sientes que valió la pena?

Creo que uno se siente quizás como el atleta que se sube al pódium a recibir su trofeo. Valió la pena luchar contra un enemigo interno. Porque ganar o vencer significa sobrevivir.

¿Qué tiempo te llevó conseguirlo? ¿Sientes que te mejoró en otros aspectos de tu vida?

Primero me costó el tiempo de una carrera universitaria, donde a veces sentía un terror indescriptible; sobre todo cuando me tocaba defender trabajos ante un auditorio. Confieso que poco antes de mis turnos de exposición me echaba en el buche un buen trago de licor, y eso me calmaba.

Luego me tocó trabajar y posteriormente asumí un reto superior: me convertí en docente universitario, un empleo donde a veces tenía auditorios con hasta 60 alumnos.

Por lo tanto, si no ponemos un poco de voluntad, nuestras vidas transcurrirán solamente a lo largo de un circular y tortuoso camino.

Fuente

Invitación: @eliany, @dexsyluz