Reescribe a otra persona su carta navideña.

Al leer la publicación pensé enseguida en dos de mis tias. Mi tia Elizabeth es la hermana mayor de mi papá. Es la mujer más dulce y cariñosa que uno puede conocer en la vida. Es una señora pequeñita pero llena de mucho amor para dar.

Esta también mi tia Ludexy quien es una de las hermanas de mi mamá. Siempre ha sido una mujer tranquila y callada. Pero no hay que confundir las cosas, tiene su carácter.

Para mí tía Elizabeth pediría una última vez con aquellos seres queridos que hoy no están con ella. Me refiero a su esposo que murió muchos años atrás cuando yo era una niña debido a una enfermedad del riñón. También a la mayor de sus hijas, quien siendo aún joven y padeciendo de la misma enfermedad de su padre dejo este mundo y a su familia.

Para mí tía Ludexy pediría el mismo deseo. El volver a ver a sus dos hijos y nietos a quienes les fue arrancada la vida de forma inesperada. Junto a su compañero de vida que murió hace pocos meses de una enfermedad.

Conociendo a mi tia Elizabeth seguramente se desmayaría primero, luego lloraría muchísimo de la emoción y por último disfrutaría cada momento posible.

Por otro lado mi tía Ludexy estaría igual o tal vez más emocional que mi tia paterna.

Todos deseamos una última vez para poder despedirnos correctamente de aquellos que se fueron sin avisar. Me parece que ese sería un regalo único y maravilloso. Se que tal vez no tenga sentido pedir algo así, de repente no ocurra en la vida real. Es imposible. Sin embargo, todo es posible mientras dormimos y soñamos.

Por supuesto para el resto de mi familia y amigos deseo salud y prosperidad. Más en esta ocasión decidí pedir por aquellos que perdieron lo irremplazable.

Hasta aquí mi participación. Cómo siempre estoy agradecida por tu tiempo. Salud y bendiciones. Hasta la próxima.