La decisión que cambió mi vida/@evagavilan

Todo comenzó con uno más de los ataques de migraña que me ocurrían últimamente, cada vez con más frecuencia. Al comienzo no le di mucha importancia a pesar de que los síntomas son muy desagradables y limitan mi vida.

Hay una larga lista de elementos que empiezan a funcionar mal. Algo así como un tablero eléctrico.
Adormecimiento de la mano izquierda, frío en los labios, intolerancia a la luz y a los sonidos.
Sentía que la gente se alejaba de mí y que hablaba con efectos de eco.

Ese día los síntomas fueron más intensos y se sumaron la dificultad para modular palabras y para coordinar respuestas.
Lo que normalmente duraba un par de horas y lo vivía sola, encerrada en la oscuridad, se convirtió en un largo rosario de horas absurdas.

Al comprender que mis remedios y conjuros no iban a funcionar, tuve que pedir que me llevaran al hospital, pues temía estar poseída por algún mal peor.

Allí las cosas comenzaron a complicarse, con el tema de la pandemia no dejaban entrar a nadie conmigo y yo no era capaz de dar la información que me solicitaban.
Mi edad, el parentesco con quien había llegado, todo, absolutamente todo lo respondía mal.
En el fondo de mí una voz me decía que las respuestas no eran correctas, pero una gran parte de mi vocabulario había desaparecido.

Los síntomas apuntaban a un ACV o ICTUS y comenzaron a hacerme exámenes.

Para no hacer el cuento tan largo y contarles la decisión que tuve que tomar, pasaré a resumir un poco.
Después de cinco días hospitalizada y muchas pruebas, los médicos llegaron al diagnóstico de migraña, una vez más.

Para eso no existe un tratamiento que certifique que se puede eliminar o curar. La herramienta estaba en mis manos y era simplemente controlar lo que me producía el estrés.

Salí del hospital con la decisión que cambio mi vida.
Iba a dejar mi trabajo de los últimos 38 años
¡Y lo hice! Me llevo pocos minutos decidirlo y dos meses desprenderme de todo de la mejor manera posible.

Este mes se cumple un año de ese evento que cambio mi vida.
Solo he tenido un par de eventos de migraña muy leves y fáciles de controlar.

Ahora vivo con poco de todo. Poco estrés, pocas preocupaciones laborales, poco dinero y pocas necesidades, ya que todo está en la mente y la manera como decides enfrentar la vida.