El concepto de obligar a los usuarios a mantener un saldo mínimo se deriva naturalmente del valor de un usuario. Cualquiera que dirija una empresa sabe que cada usuario tiene un valor significativo.

Las empresas gastan entre 30 y 200 dólares para adquirir un usuario. A veces pagan directamente a los usuarios, otras veces pagan por publicidad y otras veces compran empresas enteras sólo por su base de usuarios. Después de que una empresa adquiere un usuario, a menudo le da muchos servicios gratuitos sólo para mantenerlo el tiempo suficiente para monetizarlo a través de algún otro medio.

Ripple utiliza un saldo mínimo que se escala con el uso de recursos de la cuenta y requiere que las nuevas cuentas se financien con al menos este saldo mínimo. Actualmente, este saldo mínimo es de unos 0,15 dólares, superior a los 0,10 dólares que estimamos que permitirían a alguien realizar transacciones libremente al menos una vez a la semana.

Una cadena de bloques puede imponer un valor mínimo por usuario mediante el sencillo proceso de exigir un saldo mínimo. Cualquier empresa que desee atraer a un nuevo cliente a la cadena de bloques puede prefinanciar la cuenta de ese usuario con el saldo mínimo que le permitiría realizar transacciones.

Exigir una cuota relativamente alta (1 dólar) para dar de alta a nuevos usuarios obligará a cualquiera que ofrezca cuentas gratuitas a comprobar la calidad y singularidad de cada cuenta antes de registrarla en la cadena de bloques.

Mantener un saldo mínimo equivale en la práctica a hacer que los usuarios paguen comisiones por transacción con los intereses que podrían haber ganado por su saldo. El saldo mínimo es simplemente el saldo necesario para ganar suficientes intereses como para pagar una comisión en un periodo de tiempo relativamente corto.

Afortunadamente, el saldo mínimo requerido puede ser tan bajo como un dólar y esto es algo que los usuarios pueden entender y apreciar. El coste de oportunidad del interés perdido no incurre en el coste cognitivo de una micro comisión y es mucho más aceptable para los usuarios.

El STEEM utilizado para prefinanciar una cuenta se potencia en la nueva cuenta (es decir, se convierte en Steem Power). Una parte del SP utilizado para financiar una nueva cuenta puede ser delegado del creador de la cuenta.

Cuando se delega SP a un usuario, éste puede utilizar el SP para fines de votación y ancho de banda como si fuera propio, pero la propiedad del SP sigue siendo del usuario que lo delegó. Un usuario puede retirar la delegación en cualquier momento. Tras un periodo de enfriamiento, el SP se devuelve a su cuenta.

Cuando alguien es propietario de una casa, espera tener derecho a utilizarla gratuitamente. Si un grupo de personas compran una casa juntos, entonces cada uno puede esperar el derecho a usar la casa proporcional a su porcentaje de propiedad en la casa.

Una cadena de bloques basada en tarifas es como alquilar la casa a sus propietarios, mientras que la limitación de tarifas es como una multipropiedad entre propietarios.

Si una casa es propiedad de varias personas, éstas deben decidir cómo desean compartirla. Alguien que posee el 50% de la casa pero sólo la utiliza un fin de semana al año puede esperar que le paguen las personas que aprovechen el tiempo que no utiliza. Esta es la mentalidad de un sistema basado en cuotas.

Por otro lado, alguien que posee el 50% de la casa está especulando con que la demanda de la casa aumentará en el futuro y podrá vender su participación por más. Cualquier propietario que posea más vivienda de la que utiliza se convierte en un especulador inmobiliario. Con esta mentalidad, en lugar de cobrar alquileres, cobran plusvalías.

El valor de una acción se deriva del tiempo que potencialmente puede conceder a su propietario. Poseer el 1% de una casa y disponer de ella 1 fin de semana al año es el menor valor de una acción. Sin embargo, si la mitad de los accionistas nunca utilizan su fin de semana, entonces el valor por tiempo compartido aumenta a 2 fines de semana al año. Si esos usuarios inactivos optan por alquilar el tiempo que no utilizan, el valor vuelve a bajar a 1 fin de semana al año.

Si esas multipropiedades no utilizadas se vendieran a personas que sí las utilizaran, el valor de la multipropiedad caería un 50%. A menos que el alquiler recaudado sea mayor que la caída del valor de la acción, los propietarios de tiempo compartido están cometiendo un error de cálculo económico.

Siguiendo este razonamiento, podemos suponer que un sistema basado en cuotas será más caro para sus usuarios o menos rentable para sus propietarios colectivos. Un pequeño propietario individual puede beneficiarse alquilando su pequeña porción de tiempo, pero sólo a costa de todos los demás propietarios de multipropiedad.

En efecto, el coste de la caída del valor del tiempo compartido se reparte entre todos los propietarios, mientras que los beneficios se centralizan en el único propietario que decidió alquilar su parte.

Podemos concluir de esto que lo mejor para una cadena de bloques es no utilizar tarifas de uso en absoluto. Si se cobrara una tarifa de uso como alternativa a la limitación de tarifas, entonces debería ser el equivalente a comprar suficientes multipropiedades y comprometerse a mantenerlas el tiempo suficiente para obtener el derecho a usarlas una vez.

Dicho de otro modo, una comisión por transacción debería ser igual al saldo mínimo de cuenta necesario para realizar una transacción a la semana y debería reembolsarse al final de la semana. Supongamos que el saldo mínimo de la cuenta es de 1 $ y permite realizar una transacción a la semana.

Si alguien con un saldo de 1 $ desea realizar 5 transacciones a la vez tendrá que aumentar su saldo a 5 $ durante una semana antes o después de sus transacciones.

En teoría, podría formarse un mercado en el que los usuarios pudieran tomar prestada la participación necesaria. En la práctica, es más eficaz que los usuarios se limiten a comprar y vender los tiempos compartidos necesarios para satisfacer su tasa de uso deseada. En otras palabras, el coste de negociar micropréstamos es mayor que el de mantener un saldo adecuado a su uso semanal máximo.

La limitación descentralizada de la tasa de transacciones puede permitir nuevos tipos de aplicaciones descentralizadas que no eran viables cuando cada uso de la aplicación requería un micropago. Este nuevo modelo ofrece a los desarrolladores de aplicaciones la posibilidad de decidir si cobran a sus usuarios por las transacciones y cuándo lo hacen.

La red Steem se basa en Graphene, la misma tecnología que impulsa BitShares. Graphene ha demostrado públicamente que puede realizar más de 1.000 transacciones por segundo en una red distribuida de prueba. Graphene puede escalar fácilmente a 10.000 o más transacciones por segundo con mejoras relativamente sencillas en la capacidad de los servidores y los protocolos de comunicación.

Si quieres ver el documento original en Ingles puedes ir a STEEM WHITEPAPER, para saber lo que me ha motivado a hacer esta traduccion y la estructura del documento traducido puedes ir aquí.