Amores, he conocido muchos como amor de hermanos, amor de hijos, de amigos, de mascotas, de pareja... he sido amado de muchas formas pero otros amores han estado ausentes, como el de padre por ejemplo.

Dios me ha permitido experimentar el amor de padre pero ese es un amor perfecto (el de Dios), yo me refiero al amor de humanos, aquel en el que incluso una persona está dispuesta a romper las reglas por ese amor, de todos ellos hay uno que he sentido con más fuerza que todos y hoy por ser un día especial lo he escogido como tema, así que... aquí voy amor de madre.

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Oh querida madre que me lees, se muy bien que es Dios quien da la vida... pero también sé que tú eres ese vaso frágil que lo hace posible, sin tí no podríamos existir y de entre los dos responsables tú eres quien debe asumir la mayor carga en el proceso.

Sí, luego del proceso en el que somos engendrados tú debes asumir la responsabilidad por nuestra seguridad llevándonos 9 meses dentro de tí, aumentamos el peso de tu cuerpo, te hacemos más vulnerable y menos capaz de realizar actividades físicas, cambiamos esa figura que tanto te esforzaste por mantener durante toda tu vida pero aún así miras todo esto con felicidad y amor anhelando el momento de mirar nuestro rostro.

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Te causamos dolor al nacer pero al mirarnos unos segundos después de haberlo hecho no nos miras con reproche, antes te alegras y dispones a amarnos, somos indefensos en tus brazos, pero no necesitamos defendernos porque tú estarás ahí como una leona para hacerlo incluso a costa de tu vida. Y salir de tu vientre no es el final sino el principio.

Tal vez desde niña jugabas con bebés en forma de muñecos ¿te preparabas para ese momento? aun así cuando sucede es muy distinto a todo lo que hubieras conocido, un amor puro llena tu corazón y las noches comienzan a ser más activas, sacrificas tu salud perdiendo el sueño para asegurarte de que nosotros la tengamos al no faltarnos nada.

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Aun cuando crecemos las vigilias no terminan, especialmente cuando estamos fuera de casa, tal vez nunca lo leiste en la biblia pero practicas con nosotros todos los mandamientos de forma genuina:

• Nos amas de forma desinteresada.
• Oras por nosotros siempre.
• No nos niegas tus recursos, aun si supieras que no podemos devolverlos... de hecho eso no te importa.
• Estás con nosotros en la enfermedad.
• Aun si nos equivocamos sabes perdonarnos y aun cuando el mundo entero pueda señalarnos tu eres un apoyo para nosotros.

¿Acaso no es este un amor maravilloso? especialmente porque nadie te pidió que lo hicieras, nació en ti de forma natural.

Por esto y más no solo mereces un feliz día sino todos los días de tu vida llenos de felicidad.

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