"Comparte un evento de un deportista, que te haya impresionado" by karupanocitizen. #club5050 15% para Colombia Original

Saludos mis parceros, ¿cómo va todo?, que gusto empezar el mes escribiendo en esta hermosa comunidad, no sólo eso, sino en el marco del concurso " Comparte un evento de un deportista, que te haya impresionado" organizado por mi gran amigo @arnoldog25, al cual por supuesto no podía faltar.

Debo reconocer, antes de comenzar mi relato, que me gustan mucho los deportes, de todo tipo: fútbol, básquet, voleibol, tenis, boxeo, béisbol y cualquier cosa en la que mi país participe, ¡porque sí!, soy muy nacionalista deportivamente hablando, así sea un mundial de piedra, papel o tijera o cualquier otro evento donde participe algún “vinotinto”, allí estaré yo apoyando, por lo aun existiendo anécdotas muchos más impresionantes, que he tenido la dicha de ver, cualquiera referida a la historia deportiva de mi país contará con mi favoritismo absoluto.

Escogiendo una hazaña

Al pensar en momentos memorables del deporte nacional, suelo pensar un poco distinto a lo que lo haría la mayoría, si hablamos un poco del presente pudiésemos extendernos a comentar la hazaña de Yulimar Rojas, el protagonismo de José Altuve en la Serie Mundial o los 500 jonrones de Miguel Cabrera, si nos vamos unos cuantos años atrás pudiésemos hablar de los héroes de Portland (Sub campeón panamericano), de la medalla de oro de Francisco “Morochito” Rodríguez o del juego perfecto que le robaron a Armando Galarraga, pero…

Sin duda alguna mi gran pasión siempre ha sido y seguirá siendo la Vinotinto, de chamo jugaba al futbol y salvo cuando me enamoré de la Argentina del mundial de México 86 (apenas con 10 años de vida), nunca me he apasionado con ninguna selección distinta a la de mi país, con el que siempre he soñado poder ver en un mundial, aunque me valió la burla de mis amiguitos que se inclinaban por seguir a Argentina, Brasil, Italia o Alemania cada vez que acontecía un mundial… y yo ligando a la vinotinto.

Una historia triste

Desde que tengo uso de razón trato de no perderme un juego de la vinotinto, por lo que he visto a mi selección goleada más de una vez (más de las que me hubiese gustado ver), ya no sé cuántas veces he escuchado la frase:

¡pierdes tu tiempo, viendo ese juego, seguro pierden de nuevo!

Pero, no sé si soy masoquista, pero, sabiendo que precisamente nuestra historia en ese deporte ha sembrado más tristezas que alegrías, siempre mantengo la esperanza de que todo cambie y pueda vivir lo que desde pequeño he anhelado: colocarme la franela de la vinotinto para ver su debut en un mundial, ya no será el de Catar. Espero que sea el de México-Estados Unidos del 2026.

Mi anécdota

No sé porque, pero a veces me he sentido medio pavoso al ver los juegos de la vinotinto, ¡es que ha sido complicado verla ganar!, incluso ganado siempre terminamos con “el cristo en la boca”, apelando a una actuación más que sobresaliente del portero de turno, a un gol oportuno o un error del contrario que aprovechamos para sacar ventajas, siendo imparcial son muy pocos los partidos que he visto a la selección de futbol (en un partido oficial de eliminatorias al mundial) lucir muy superior al rival, pero tu ve la oportunidad de presenciar uno que, aún me acuerdo y se me hincha el pecho de orgullo.

Nos remontamos al 31 de marzo de 2004, al juego entre Venezuela y Uruguay que se jugó en Montevideo, en el mítico estadio Centenario, lugar de históricas gestas para el club celeste. Corría la quinta fecha de la eliminatoria para el mundial de Alemania 2006, Uruguay acudía a la cita con dos victorias previas contra Bolivia y Chile, un traspié contra Paraguay y un empate contra la poderosísima Brasil. Por otro lado, la vinotinto, aún disfrutaba las mieles de haber dado la sorpresa al derrotar a Colombia, en Barranquilla, siendo su segundo triunfo al hilo (antes le había ganado a Bolivia) en una eliminatoria que había iniciado con derrotas ante Ecuador y Argentina.

El ambiente en Uruguay no podía ser más hostil para el equipo venezolano, el público y sobretodo la prensa uruguaya no solo daban por descontado el triunfo ante la selección vinotinto, sino que reclamaban un resultado similar al 5-0 con el que habían debutado frente a Bolivia. Los titulares de los periódicos publicaron perlas como: "La historia empuja a los celestes ¡A MUERTE!", "¡Salud, celestes!", "La hinchada espera una goleada" y el más polémico de todos:

_{Venezuela no existís, se puede leer en un anuncio publicitario del periódico "El País" ^Fuente:}

Sin embargo, la realidad fue otra, los 40.000 espectadores que fueron ese día a disfrutar una goleada, se encontraron con una, pero no con la que se esperaba. La prensa que ya tenía casi preparado los titulares triunfalistas, que trataron a la selección nacional con burlas y menosprecios, tuvieron que “tragarse su orgullo” y dar cuenta del ”Centenariazo”, esa noche con goles de Urdaneta, González y Arango, Venezuela hizo olvidar su papel de “cenicienta” y comenzó a meter miedo a las grandes selecciones de Suramérica.

_{pizarra final del Venezuela - Uruguay ^Fuente:}

Más allá del resultado, lo que más disfruté de ese partido, es que después de ver siempre a la vinotinto “sufriendo” para hacer un buen papel, por primera vez en la vida pude ver, desde la comodidad de mi casa, como la selección de mi país se mostraba totalmente dominante, avasallante en todos los aspectos del partido, dominio de la pelota, marcación a presión, precisión en los pases y efectividad, ese partido, tal como se jugó debió haber terminado con un 5-0 por lo menos, pero dentro de lo que cabe “la suerte” ayudó a los celestes en varios pases del encuentro.

Actualmente, la historia de la vinotinto es distinta, tristemente por los resultados, nos parecemos más a esas selecciones de hace unos veintitantos años que evitaban ser goleadas, que a la del 2006 que quedó a poco de meterse en el repechaje y tantas alegrías nos dejó, sin embargo, cada vez que perdemos un partido, me acuerdo de esa noche en la que, para mí, la vinotinto fue el equipo más imponente de Sudamérica.

¡Nos seguimos leyendo!