El precio del engaño.

La mentira...

La mentira es como un hilo delgado que, al principio, parece inofensivo, pero con el tiempo, si se tira de él, puede deshacer todo lo que habíamos tejido con tanto esfuerzo.

Frecuentemente, nos vemos tentados a mentir, para salir de una situación difícil, para evitar el dolor o la incomodidad de la verdad, de una cruda verdad, sin embargo, la mentira, tarde o temprano, nos alcanzará y, cuando esto ocurre, la reputación que habíamos construido con tanto esmero, se desvanecerá como un castillo de cartas.

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Ante la oportunidad de mentir, ¿Te has preguntado de qué puedes hacer ante la tentación de hacerlo?

Para evitar caer en la trampa de la mentira, pienso que, el detalle, como decía Cantiflas, está en ser honestos, primeramente, con nosotros mismos. Creo que es importante reconocer que, aunque la verdad pueda ser incómoda o muy cruda, siempre será más saludable a largo plazo.

Una de las estrategias para no mentir, es practicar la transparencia, incluso cuando tememos a las consecuencias de decir la verdad. Si sentimos que una situación puede ser complicada, es mejor omitir detalles de forma cuidadosa para no distorsionar la realidad. Omitir una verdad no es lo mismo que mentir: la diferencia radica en cómo esa omisión puede cambiar la percepción que los demás tienen de los hechos; si ocurre esto último, entonces podemos estar ante una dulce mentira.

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¿Sabías que, a lo largo de la historia, las grandes mentiras han tenido repercusiones devastadoras?

Un ejemplo de esto, es la mentira utilizada por algunos líderes para construir imperios que costearán excéntricos estilos de vida: muchos han hecho creer a sus seguidores que, la expansión de su reino, estaba justificada por causas nobles, cuando en realidad, eran motivados por ambiciones personales y poderosas.

Otro ejemplo está relacionado con la reputación y la honestidad. La caída de personajes públicos que, por proteger su imagen, optaron por mentir, solo para ver cómo su credibilidad se desmoronaba frente a los ojos del mundo.

Aquí se cumple que, el remedio, fue peor que la enfermedad.

La reflexión final es sencilla: la verdad, aunque muchas veces incómoda, cruda, o dolorosa, siempre será el camino más firme, porque, al final, no hay nada más valioso que la confianza y la integridad, de manera que, aunque duela, la verdad siempre será el mejor camino.

Ahora, dime algo... ¿Te atreverías a decir la verdad, aunque sea cruda e incómoda? ¿Dirías la verdad después que sembraste una mentira y fuiste descubierto? ¿Qué estrategias usas para no contar toda la historia sin distorsionar la realidad de la otra persona?

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Tengo algunas publicaciones que quizás puedan ser de su interés, y que a continuación, compartiré alguna de ellas:

1.- Etiquetas: La Clave Para Ser Vistos y Valorados en Steemit.

2.- Dile NO al Resteem Irresponsable.

3.- Suscriptores, Seguidores o Relaciones: El verdadero sentido de una red social.

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