#club75 / Las redes sociales no reflejan la vida real / Por @paholags

  Uno de los pensamientos que se ha normalizado es aquel que llega a nuestra mente cuando ingresamos a una red social y, comenzamos a ver las fotografías que comparten nuestros seguidores. Dicho pensamiento, aunque, yo también le añadiría la sensación es que, tal vez nuestra vida es muy aburrida y no ocurre algo divertido que nos permita igualar o superar lo que transmiten nuestros contactos.

  La actitud que se suele tomar en estas circunstancias es, imitar las acciones de otros con el propósito de transmitir que también estamos en la misma onda. Debido a este comportamiento, ha surgido una gran interrogante que nos permite reflexionar en el tema y esta es: ¿En realidad todo lo que vemos en las redes sociales es el reflejo de la vida que tiene cada persona que comparte una instantánea?

  De acuerdo a estudios psicológicos, las parejas que constantemente están publicando información de su relación y enfatizan el amor que siente uno hacia el otro; en realidad están demostrando la conducta insegura que tienen y lo celosos que son porque, una pareja que está 100% segura de su relación, no necesita imponen un estado sentimental para confirmarle a otras personas cómo llevan su amor.

  En otras palabras, divulgar detalles en las redes sociales forma parte de un simulacro que representa una perfección que no están viviendo porque, en una relación sentimental todos los días no se destila amor ya que, hay momentos en los que se experimenta un problema y durante unas horas o días, se conversa para conciliar.

  Luego de evaluar esta situación psicosocial podemos comprender que, las redes sociales siempre nos muestran un espejismo de lo que queremos en nuestra vida porque, la perfección en nuestra cotidianidad no existe por ello, imponer una realidad que no es, al final afecta el autoestima.

¿Es posible que unos sí tengan una vida perfecta y otros no?

  Todos tenemos nuestros buenos y malos momentos, sin embargo, la conducta digital se ha encargado en transmitirnos que, la vida perfecta si existe y sentirnos mal en un momento determinado, ya no es una alternativa que vamos a experimentar.

  En vista de todo, antes de asegurar algo por las publicaciones que vemos o hacemos en las redes sociales analicemos el contexto. Todas las fotografías que circulan en el mundo 2.0 son de lugares recreativos donde compartimos con familiares y amigos.

  Ahora bien, para realizar estas tomas, solo necesitamos unos segundos por tal motivo, es incorrecto generalizar que todo lo que sucede en esos momentos, se desarrolla feliz y perfecto como se observa en esas fotografías.

  Dada estas circunstancias, afirmar que las personas que siempre publican una foto mostrando su felicidad son los únicos que viven una vida perfecta, es un error porque ellos también tienen momentos incómodos pero esos detalles, no salen a relucir en el mundo digital.

  Todo lo que nos rodea emite códigos y esto nos lo explica muy bien Antonio Pascuali, el padre de la comunicación por ello, más allá de reflexionar en lo que está bien o mal, se opta por darle protagónico al sentimiento de la envidia al creer que alguien más tiene una vida perfecta y, nosotros no, por ello, hacemos lo que sea por imitarlos sin medir las consecuencias del impacto psicológico que esa actuación espejista nos dejará.

  Tengamos presente que, dedicarle muchas horas a las redes sociales no nos favorece. Esta conducta desarrolla en nosotros de forma inconsciente la conducta comparativa y sin querer, terminamos envidiando todo lo que tienen o hacen los demás, acción que nos lleva a no valorar lo que tenemos.

La vida no gira sobre las publicaciones en redes sociales

  Un estudio realizado por unos psicólogos del Instituto Danés reveló que, utilizar excesivamente las redes sociales nos hace vivir una vida infeliz. Para llegar a esta conclusión, ellos durante dos semanas analizaron la conducta de unos estudiantes del instituto.

  Estas personas no utilizaron sus redes sociales en ese período y al finalizar el estudio, ellos manifestaron sentirse con menos estrés y con deseos de querer enfocarse en sus estudios al igual que, mejorar la relación social con familiares y amigos.

  Las actividades que realizaron estos estudiantes durante las dos semanas fueron: hacer deporte, realizar las asignaciones de sus clases, compartir con familiares y amigos, leer, descansar, limpiar la casa y cocinar.

  Luego de este análisis, los estudiantes admitieron que las redes sociales, son un factor distractor de las responsabilidades y al mismo tiempo, una perturbación psicológica que afecta la estabilidad mental.

La felicidad que algunas personas a veces reflejan en las redes sociales, es maquillada o simboliza un grito silenciado que pide auxilio

  Si en algún momento llegamos a sentir tristeza por ver la vida feliz de alguien más, recordemos que nosotros también hemos tenido buenos momentos y aunque no lo publiquemos, eso no quiere decir que estamos viviendo una vida infeliz.

  Varios psicólogos han expresado que, entre sus pacientes existen personas que confiesan aparentar una vida perfecta en las redes sociales porque, quieren tener la atención que en su entorno no tienen.

  Del mismo modo, algunas personas no publican un momento especial de su vida para presumir o hacer sentir mal a sus seguidores, lo hacen porque hoy día, las redes sociales son el álbum donde almacenan los recuerdos y también, es una forma de compartir con sus contactos un momento simbólico para ellos.

  En conclusión, es muy importante que antes de afirmar algo que vemos en las redes sociales, reflexionemos en si eso que estamos viendo está relacionado con lo auténtico, real o ficticio porque, aunque no publiquemos las mismas fotografías que los demás, no podemos afirmar que nuestra vida es vacía. La realidad de las personas, es independiente y le pertenece a cada quien.

  Nuestra vida social nos pertenece y no somos fotocopiadoras para esperar que será igual a la de los demás. No necesitamos mostrar un millón de fotografías para ser feliz porque, todos tenemos buenos y malos momentos por ello, los publiquemos o no, igual forman parte de nuestra realidad.

  Disfrutemos de las redes sociales pero, evitemos el exceso y resguardemos nuestra salud mental. El mundo real, es aquel el que vivimos con o sin las publicaciones digitales y la vida, continúa siendo vida por tal razón, debemos disfrutarla de acuerdo a lo que existe en nuestro entorno y nos aporta valor positivo.

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Las imágenes editadas en esta publicación fueron creadas por mi en Canva con excepción de las citadas.