No me preocupo

Por otro lado, están las personas que siguen la doctrina impuestas mediáticamente y que se basan, según quienes la promulgan, en ideológicas dictadas por algún pensador de la antigua Grecia, un erudito asiático, o de algún experimentado en la vida.

Es allí donde se presentan premisas que considero preocupantes y que lleva a la persona a entrar en una especialidad de letargo, aislamiento, que los convierte en una especie de ser apático que busca ignorar todo.

Si no tiene solución, para que preocuparse, es quizás una de las frases más comunes dentro de la autoayuda que busca bajar tensiones en aquellos que viven una vida al otro extremo del tema.

Si bien es cierto que hay que poner un límite en cuanto a las preocupaciones por el final de un proyecto que tenemos en mente, el vivir la vida sin ningún tipo de responsabilidad por el porvenir tampoco es la solución.

Sencillo. ¿Cuánto de nosotros hemos sentido esa presión, eses estado de ansiedad cuando hacemos una publicación dentro de la plataforma?

Para aquellos que dedicamos tiempo y esfuerzo en tratar de crear un contenido que pueda ser catalogado dentro del margen de calidad, muchas veces los siete días pueden ser una tortura.

Esa espera se puede agravar si el creador depende de los votos a nivel económico.

Ahora bien. A medida que nos desarrollamos dentro del ecosistema aprendemos, a duras penas, que lo que exponemos no siempre será bien recompensados. De hecho, muchas veces, no será ni leído ya que con los votos automáticos que existen la única medición son los comentarios recibidos. Amén que algunos de ellos no sean de algún verificador donde demuestre que no entiendo el tema de la publicación, e inclusive, ni lo leyó.

Siguiendo con este ejemplo, que no representa un estándar de las situaciones que puedan generar preocupación ya que existen más graves o más simples, he asumido que simplemente se debe seguir dentro del ecosistema generando contenido, pero tratando de minimizar las expectativas que creemos puede generar el mismo.