Otra experiencia médica que me desagradó sucedió con un oftalmólogo diferente al que suelo ir para mi chequeo cada seis meses. La condición de los ojos de mi familia es un poco complicada; hay una enfermedad genética latente por la cual debo ir frecuentemente a chequeos para comprobar que no se desarrolle con el pasar del tiempo. Desde que empecé a usar lentes, a los 11 años, he ido al mismo oftalmólogo, un señor excelente que ha sabido tratar muy bien mis ojitos; sin embargo, en una ocasión, visité otro oftalmólogo en un centro médico público y el resultado no fue agradable; el señor era muy brusco, me costaba concentrarme y relajarme durante los procedimientos que hacía, y su análisis final fue que mis ojos estaban altamente propensos a desarrollar la enfermedad genética de mi padre, cosa que nuestro oftalmólogo de confinada había negado al ser algo 50/50. Esto me puso muy triste, así que nunca volvimos allí y actualmente me trato con el mismo oftalmólogo de siempre.

Siguiendo en la misma especialidad, hace unos meses cambié de lentes y de fórmula, ya que no veía bien; mi grado de miopía aumentó, así que asistí a una óptica para que me hicieran los lentes nuevos. Los exámenes se realizan obligatoriamente ahí para tener una especie de descuento, pero se podría decir que esto salió muy caro; la fórmula que escogieron para mis lentes quedó mal por un mal cálculo de la oftalmóloga, tuvimos que regresarlos y el proceso se alargó demasiado; hubo que regresar a la óptica, rehacer la fórmula y esperar aproximadamente un mes para que estuviera lista, así que se podría decir que fue un mes bastante borroso.

_{Mis lentes nuevos. Foto de mi propiedad.}