Fuente

Saludos a la comunidad #colombiaoriginal y a @josevas217 . Invitaré a participar a @lilianajimenez, @nacary y a @haidee .

Por aquí el Enlace del concurso.

Yo y los miedos los miedos y yo.
Hace años fui a Anzoátegui y por miedo a montarme en una lancha, me quedé sin conocer Mochima, yo no sé si se podía ir aún sin montarse en lancha lo cierto fue que nada, no fuí.

Fuimos a varias playas, íbamos todas las tardes al paseo Colón, estuvimos ocho días por allá, y llegábamos hasta donde estaba el ferry, no obstante en mi nunca ha estado la idea de subirme a un ferry, las veces que he ido a Margarita, voy en avión desde La Guaira, o Maiquetía, en mis planes no ha estado nunca pasar trabajo, ni sustos en vacaciones ni en nada, me gusta todo lo fácil.

Dos años después de eso, fuimos a Cancún, hice la adquisición de un paquete turístico de ocho días, dónde en cuatro días había , barco grande, barcos medianos.
Y se pasaba todo el día en el Mar. Por qué toda la atracción o actividades era dentro del barco.
Nos montabamos muy temprano en la embarcación y nos llevaba a varias islas, hacíamos el recorrido por esa isla y otra vez al barco y así, por varios días.

Y yo decidí que ese miedo a montarme en lancha o lo que fuera , lo dejaba afuera en tierra firme.
Porque el año anterior, también perdí la oportunidad de conocer las Islas Vírgenes, por el bendito miedo.
El viaje a Cancún fue en el año,1994 y nos montamos en todas las embarcaciones, fui con mi hija y mi sobrina. Mi hija tenía 4 años. Ya ella sabía nadar y yo todavía no sé.

Lo cierto es que mi hija, no tiene idea de que a los barcos o aviones se les tiene miedo, por qué yo me asegure de que así fuera.
Se pasa demasiado trabajo con ese miedo horrible.

Miedo a las atracciones mecánicas, montaña rusa etc. Pues tampoco, yo me montaba así me diera miedo y así mi hija fue aprendiendo a no tener miedo.

En un cumpleaños de ella, cumplió 8 años, nos fuimos a Valencia, al parque Dunas, para que celebrara su cumpleaños, hicimos una fila larga, subimos la escalera, había tanta gente que nos demoramos casi una hora para poder llegar arriba para lanzarnos, cuando nos íbamos a montar , se puso a llorar por qué tenía miedo.
Le di paso a los que venian detrás de nosotras a ver si se decidía, y nada llora y llora, y me decía que nos devolvieramos, le di una última oportunidad y no quiso, y fui y me lancé yo sola.
Yo llegué abajo primero que ella por supuesto, y ella brava conmigo porque la dejé sola .
Así se aprende que las oportunidades las pintan calvas.

Fuente

No me subí otra vez por qué había demasiada gente.
Mis compañeros de trabajo me habían comentado de esos toboganes de agua, abajo llegué mojada, pero es muy sabrosa la sensación de ir en bajada y caer en el agua. A mí me gustó, y después de hacer esa cola tan larga , yo no iba a perder esa sensación por un miedo.

En Mérida hay o había un tobogan de concreto, por debajo de la tierra, ahí si que no me quise meter, esa oscuridad No, y tampoco entre a un sitio donde tenían arañas de plástico colgando y no se que otras cosas por qué no quise entrar.
Los arácnidos no me simpatizan.

Yo cuando voy a un sitio , hago un análisis y me adelanto a pensar como me voy a sentir después si pierdo la oportunidad de conocer algo nuevo.
Y dejo ese miedo a lo desconocido y me arriesgo.