SEC17/W2| A la hora de tomar decisiones, ¿qué prefieres seguir: el corazón o la mente?

La emotividad humana se encuentra presente en todos nuestros actos. Existen decisiones, sin embargo, que necesitan obviar algunos sentimientos que condicionan su efectividad...

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¿Cuál es tu preferencia al tomar decisiones, en corazón o en mente?

Es indudable que las decisiones más importantes de nuestra vida, esas que pueden resolver una contingencia del presente o definir el rumbo de nuestro futuro, debemos tomarlas con la mente, evaluando las posibilidades de triunfo, las dificultades que pueden presentarse y algunos otros factores que influyan en el éxito de lo que proyectamos llevar a cabo. La objetividad, en estos casos, es lo primordial para definir con claridad lo que debemos hacer.

Sabemos, sin embargo, que los seres humanos no podemos despojarnos por completo de ese componente emotivo que albergamos en el corazón, el cual se inmiscuye en todo momento para evitar que nos comportemos como insensibles maquinarias. Por lo tanto, es difícil que una decisión se encuentre despojada por completo de esos sentimientos que nos caracterizan. Pero debemos, la mayoría de las veces, intentar minimizarlos para decidir desde la ponderada reflexión.

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¿Crees que necesitamos ambos a la hora de tomar decisiones? Describe las razones.

Como ya señalamos anteriormente, en el momento de las decisiones primordiales debemos ser lo más ecuánime posible, con el fin de encontrar el sendero adecuado para nuestros propósitos. Las situaciones que debemos resolver, los proyectos que vamos a comenzar y cualquier encrucijada anodina o importante en que nos encontremos necesita de nuestra rigurosa ecuanimidad.

Pero debemos también tomar en cuenta que los objetivos que queremos alcanzar, o nuestros pequeños o grandes intereses, pueden afectar a las personas que nos rodean y no podemos simplemente ignorar a nuestros semejantes, dejar de lado toda consideración, porque nos obsesionamos por cumplir lo que anhelamos. Es necesario, entonces, dejar que los sentimientos manifiesten, desde el corazón, esas humanas razones que nos inculcan la tranquilidad espiritual, con el fin de evaluar nuestras decisiones desde un punto de vista integral.

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¿Eres una persona emocional o práctica en la vida real?

Soy una persona bastante práctica. Cualquier acción, sin importar cuán nimia o importante sea, la evalúo, la reflexiono, de forma adecuada para determinar si es pertinente llevarla a cabo o, por el contrario, rechazarla de antemano. En estos tiempos en que las imposiciones mediáticas y la espectacularidad de las modas o las ideas condicionan la conducta de los seres humanos, es pertinente reflexionar muy bien las decisiones que debemos tomar. No es conveniente dejarse llevar por la parafernalia publicista sin detenernos a discernir nuestros verdaderos intereses.

Las emociones son parte, por supuesto, de la emotividad humana y no podemos dedicarnos a suprimirlas, debido a que consideramos que interfieren con nuestro estricto proceder. Estas manifestaciones del corazón tienen sus momentos, su espontaneidad ante aquello que nos motiva a expresarlas y es saludable exhibirlas con todo su sincero esplendor. Sin embargo, el pragmatismo utilitario debe estar siempre presente para que las soluciones aparezcan en los momentos indicados.

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¿Tiene alguna sugerencia para los jóvenes sobre cuál deberían seguir en su vida diaria?

El ímpetu de las emociones es uno de los comportamientos que caracteriza a la juventud. Durante esa etapa de la vida, es natural que la euforia y las presunciones palpitantes que dicta el corazón condicionen los intereses de las personas. Si a esto le sumamos, lo que en líneas anteriores señalamos, el incesante flujo de informaciones y datos que circulan por las redes que no deja tiempo para que la memoria los procese de forma adecuada, no queda otra opción que aconsejar a los jóvenes una actitud equilibrada y reflexiva a la hora de tomar decisiones.

Es extremadamente importante que así lo hagan, ya que a esa edad se asumen determinaciones que pueden afectar el resto de la existencia, se proyectan los senderos a través de los cuales se perfilará definitivamente el futuro. Los jóvenes tienen el compromiso, entonces, de ponderar con objetividad el porvenir con el fin de tener mayores posibilidades de éxito... pero al mismo tiempo, no pueden neutralizar, de ninguna manera, el efervescente entusiasmo que llevan en su corazón.

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Invito a los amigos:
@josephdaniela,
@steemdoctor1 y
@genomil

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_{Nota: La imagen del autor fue tomada con la cámara del teléfono móvil, modelo: Samsung SM-A135M.}