Paola, una niña encantadora, que amaba a los animales, en su octavo (octavo) cumpleaños, deseó soplar las velas y ver si se hacía realidad, el deseo era recibir un gato como regalo.
Sus padres le dijeron que no contara el deseo, que lo hiciera realidad. Pero Paola todos los días, en cualquier momento, hablaba de cuánto quería un gato mascota.
Eran para ella estos lindos gatitos como bolas peludas, con una suavidad en su pelaje sin igual. La niña dibujaba gatos de todos los colores y tamaños todo el tiempo.
Un día, cuando su padre llegó a casa, dijo:
- Tengo una sorpresa para ti, pero debes cerrar los ojos.
La niña, muy emocionada, se para frente a su padre, cierra los ojos y dice:
- Estoy listo.
El padre le dice:
- Estire las manos y colóquelas boca arriba.
La niña ansiosa hace lo que su padre le pide, porque debe recordar que los niños deben escuchar todo lo que dicen sus padres.
El padre de Paola coloca una caja envuelta en papel de regalo en sus manos y le dice que antes de abrirla debe aceptar las condiciones que implican aceptar este regalo, de lo contrario no podrá abrirlo.
La niña con gran alegría e incertidumbre le dice a su padre:
- Claro papá, solo dime cuáles son las condiciones.
El padre procede a decirle las condiciones del regalo:
▷ Debes alimentarlo.
▷ Debes mantener la casa ordenada.
▷ Mantenlo ordenado.
▷ Cuídalo.
La niña en tales condiciones está emocionada y responde a todo con un "SÍ".
El padre le dice que puede abrir su regalo y que espera que cumpla las condiciones que esto implica.
Paola siempre salía a jugar con el gatito, incluso quería acostarse con él. Un día, sus amigos vinieron a visitar su casa y Paola se ha olvidado del gato. El animal inofensivo, hambriento todo el día, descubrió los alimentos que estaban en la cocina debido al hambre y convirtió la casa en un desastre.
Cuando sus padres se dieron cuenta de lo que había sucedido, llamaron la atención de Paola, porque era su responsabilidad estar al tanto de las necesidades del animal.
Esto hizo que sus padres llevaran a su mascota a un refugio de animales, para que alguien más pudiera cuidarla.
Paola lloró durante muchos días y se disculpó por no haber cumplido las condiciones que implican tener una mascota en casa, y aún más con la atención que requiere.
Moraleja de la historia:
Tener una mascota implica una responsabilidad, y el niño debe ser consciente de ello. Asumir el papel de cuidado, comida y limpieza es parte de esa responsabilidad. Si tienes una mascota, cumples con tu deber, y luego haces las otras cosas que también son parte de la vida cotidiana.
Paola entendió que solo querer algo no es suficiente, que debe aprender a ser cuidadosa, atenta y cumplir con sus responsabilidades. Por esta razón, Paola no estaba enojada cuando la separaron de su mascota, porque sabía que no había cumplido con las condiciones que su padre le dio, el día que le dio el gato.
Preguntas para hacer en clase o en casa después de leer
- ¿Qué pidió Paola en su deseo de cumpleaños?
Respuesta: un gato.
- ¿Qué le dieron a Paola?
Respuesta: un gato.
- ¿Paola cumplió con las condiciones de su padre?
Respuesta: no cumplió.
- ¿Paola hizo bien en no cuidar a su mascota?
Respuesta: No, no cumplió la palabra promesa que le hizo a su padre.
- ¿Paola perdió al gato por el incumplimiento del compromiso hecho con el gato?
Respuesta: Sí, el gato era su responsabilidad.
- ¿Está bien que el padre de Paola devuelva a la mascota a un hogar de acogida?
Respuesta:
Esta respuesta está en la interpretación y respuesta de cada niño. A través de esta respuesta, se pueden tener diferentes puntos de vista y preguntas, que están sujetas a respuestas positivas, para el buen cumplimiento de las condiciones que los padres y / o educadores dan como un buen comportamiento estimulante en los niños.
