Hola Amigos!!
Cuando fui estudiante de Educación Integral, tuve excelentes, buenos y no tan buenos profesores en las diferentes unidades curriculares que en mis cinco años de carrera me correspondió ver, y esa diferenciación logré hacerla, a través del tiempo, basándome en sus acciones más que en lo que pudieran decirme dentro de las cuatro paredes de un aula de clases.
En muchas ocaciones logré ver a alguno de ellos, después de una clase de desarrollo humano, frente a una licorería, muchas veces con alguno que otro compañero de clases, consumiendo bebidas alcohólicas o hablando con palabras soeces con un tono de voz elevado o en el peor de los casos, llegar a clases trasnochado, con un aliento de alcohol que podía percibirse en la segunda fila desde su escritorio.
Ante todo quiero hacer una acotación, lejos está de mi el querer juzgar a ninguna persona, mi objetivo es resaltar el papel del Maestro. docente o profesor y la importancia que éste tiene ante los ojos de sus alumnos. Hay algo que debemos recordar como formadores de ciudadanos, y es que, la escuela es una extensión del hogar y por ende, venimos a ser, un ejemplo a seguir o por el contrario uno al que ni siquiera deba tomarse en cuenta.
Crecí en un hogar en el que el Respeto hacia el otro era patrón de vida, sin importar raza, color, edad o sexo. Pero la dosis era aún mayor , si esa persona era mi maestra o alguna otra persona adulta. Infortunadamente, los padres de hoy no son ni por cerca los padres de ayer, quienes en muchos casos por inmadurez, trabajo o comodidad han dejado los Valores , fuera del alcance de los niñoso en las manos ya cansadas de sus abuelas y entonces nos ha correspondido a nosotros, los docentes el trabajo de corregir, llevar a la reflexión, en conclusión hacer los cambios que. de manera natural solo deberíamos reforzar en el aula.
Es entonces cuando surgen mis interrogantes, ¿Estaremos nosotros (los docentes) dando un buen ejemplo? ¿Estaremos cumpliendo nuestro rol de guías, correctamente? ¿Nuestro comportamiento estará siendo cónsono con nuestro discurso en el aula?¿Podríamos ver a los ojos de nuestros alumnos sin sentir en sus miradas la decepción, recriminación o rechazo ante nuestra actitud?
Somos seres humanos, con muchos defectos y virtudes. Capaces de reconstruir vidas desmoronadas por las dificultades, si queremos. Con sentimientos y valores que nos permitirán ayudar, guiar, conducir seres y llevarlos a puerto seguro, solo si lo queremos.
Hay un pasaje de la biblia que esta en Mateo 7 que nos invita a reflexionar cuando nos dice ..."por sus frutos los conoceréis" , nos hace ver que no basta tener el título, sea de licenciado, de magister o doctor en Educación sino el saber llevarlo. Que nuestro actuar hable por nosotros, que el título nos lo otorguen nuestros alumnos cuando al vernos veamos una sonrisa de agradecimiento en sus rostros y que al referirse a nosotros lo hagan con respeto y el adjetivo que antepongan a la palabra maestro/a sea "buen o buena" según sea el caso.
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Toas las fotos fueron tomadas con mi celular (LG 3D P720h)