No debe incomodar: la pandemia nos permitió estar en casa, con ropa comoda y volvimos a eso, a lo básico, a sentirnos felices con ropa bonita, pero que no genere incomodidad. Quienes crean diseños, deben pensar en que nos queremos ver bien, pero, también sentirnos cómodos, atrás quedaron las epocas donde usábamos zapatos con tacón para vernos estilizadas y elegantes, muchas preferimos los zapatos bajos, eso sí, queremos que sean lindos, llamativos, elegantes y de diversos colores.

El precio importa: queremos tener ropa, pero estamos en modo ahorrativo, por eso, no queremos invertir grandes sumas de dinero en ropa. Ahora hay muchas opciones de trueque, donde las chicas cambian las prendas que no usan por otras. Los locales comerciales dedicados a la venta de ropa de segunda (usada) también han tomado fuerza. Todo esto, se hace para reciclar, reutilizar pero también para conseguir dinero extra, que seguramente servira para adquirir nuevas prendas.

Todas las tallas: muy bien sabemos que cada uno tiene su tamaño y su forma, somos de morfologías variables y la moda no debe adaptarse a figuras largas y delgadas, sino a todas, así no será una moda que se vea bien en las pasarelas de modelaje, sino en cualquier lugar del mundo.