Sin embargo, de adulto amplié mi abanico de consumo de bebidas e incluí al café como parte de mi menú. Al punto de no poder vivir sin consumirlo. Tengo muchas maneras de consumir el café, algunas muy comunes, otras digamos que más personales.

• Generalmente en la mañana consumo el café negro. Lo que se llama en los llanos venezolanos, cerrero. Ósea fuerte.
• En la tarde el café es menos fuerte. Aguarapado o guayoyo es el nombre común para este tipo de café suave.
• Claro está que no podría faltar que consumiera los tipos de café comerciales. Capuchino, Macacino, entre otros. Lamentablemente he tenido que tomar esta bebida con personas que van más por la moda que por el consumo de algo que en realidad les gusta. No me parece mal estos tipos de café, pero tampoco algo que se considere sorprendente.
• Algo que me gusta hacer mucho es rayar queso blanco llanero, mojar el pan con el café para luego pasarlo por el queso rallado y al final comerlo. Para mi es espectacular.
• Otra forma en la que consumo el café es triturando galleta de soda y ponerlas en la taza de café para luego consumirla con cucharilla.

Y como en los motivos para consumirlo, existen muchas formas que aplico para consumir esta bebida que es muy importante para mí.

El café también tiene una aplicación, digamos, psicológica que lo siente quienes consumimos esta bebida. Momentos de alegría, de nostalgia, de tristeza, de soledad, de angustia y hasta de reflexión son parte de cada sorbo que se le da a este líquido oscuro.

Es por estas y muchas causas y motivos más que considero el café uno de las dos bebidas más importantes de mi vida. El chocolate es la otra bebida que gran preferencia por mí. Entre ambos se disputan el lugar de honor de mi predilección.

Hasta aquí mi escrito para esta publicación. Quizás no sea muy interesante, pero les puedo asegurar que es muy sincera. Quiero aprovechar para invitar a @meetwar, @emy.pets05 y a @josevas217 para que se integren a esta divertida e interesante iniciativa.