Enfrentar el Miedo: La Fuerza de Buscar un Futuro Mejor.

Valiente no es quien no siente miedo, sino quien, sintiendo miedo, actúa y sigue adelante.

Valiente

¡Qué palabra tan corta pero que encierra un profundo significado!

En este momento, vienen a mi mente aquella maravillosa película, cuyo actor principal era Mel Gibson. Corazón Valiente o en su título original Braveheart, como algo icónico de lo que significa ser valiente: Alguien que no teme morir por sus creencias y principios y está dispuesto a hacer lo necesario por alcanzar sus objetivos de libertad.

Creo que el concepto de valentía, ha sido malinterpretado muchas veces, como si fuera una cualidad reservada solo para aquellos que enfrentan situaciones sin titubear.

¿También te enseñaron lo mismo?

La verdadera valentía, en mi humilde opinión, es la capacidad de seguir adelante a pesar del miedo que podamos sentir en el momento.

¿No lo creen así?

Hoy, mis queridos lectores invisibles, me encuentro en un momento crucial de mi vida, enfrentando una de las decisiones más significativas que jamás haya tomado: emigrar a otro país.

Este gran paso representa un cambio radical, un salto hacia lo desconocido que me obliga a dejar atrás no solo un lugar, sino también una parte de mi vida llena de recuerdos, de amigos, y lo más importante, de la familia.

Claro que ya he pasado por la misma situación antes, y sentí el mismo miedo en ese entonces, y que, a pesar del miedo, tuve el valor de seguir adelante con mis planes. No niego que me detuvo por momentos, cuando pensaba que lo mejor era no salir de la zona de confort, y permanecer inmóvil ante los acontecimientos que afrontaba en mi país natal, crisis económica y pérdida de valores éticos y morales, pero, mis queridos amigos, saqué fuerzas de donde no tenía, o quizás si las tenía muy en lo profundo, pero no lo sabía, y me aventuré a vivir una de las experiencias más maravillosas que he vivido durante mi corta estancia en este planeta.

Ahora mismo recuerdo la historia de Abraham, quien a sus 75 años, Dios le hace la promesa de un hijo, a pesar de que Sara, su esposa, era estéril.

¡Qué historia tan hermosa y llena de fe!

¿Perdió la fe Abraham?

No lo sé a ciencia cierta, pero Dios, en su infinito amor, le vuelve a hacer la promesa 24 años después, cuando tenía 99 años y biológicamente era imposible, junto a su esposa de 89 años, concebir un hijo.

Un año más tarde, cuando Abraham tenía 100 años y su mujer 90, recibe el hijo nacido bajo aquella promesa.

¿Tuvo miedo de no poder concebir un hijo?

Yo creo que sí, y se evidencia al tener un hijo con la sierva Agar, pero esta, ya es otra historia, que también es muy hermosa y digna de compartir.

La idea de partir me llena de una mezcla agridulce. Por un lado, estoy emocionado por las oportunidades que se presentan, por los proyectos que tengo en mente y por el impacto positivo que espero generar en mi vida y en la de los demás, pero, por otro lado, el miedo me acecha.

Miedo a lo desconocido, a la incertidumbre, a la separación de mi familia, esos pilares fundamentales que siempre me han brindado apoyo y amor incondicional.

Cada vez que pienso en dejar a mi familia, mi corazón se aprieta. Es un dolor profundo y un sentimiento que no se puede ignorar. Sin embargo, creo firmemente que este sacrificio es por un bien mayor.

Estoy convencido de que, al tomar este paso, estoy abriendo la puerta a un futuro mejor no solo para mí, sino para todos aquellos que me rodean.

Imagino el momento en que, después de superar estos desafíos, nos reuniremos nuevamente.

El reencuentro será un bálsamo para las heridas del pasado, y las lágrimas que ahora me parecen amargas se convertirán en lágrimas de alegría y gratitud. Nos abrazaremos con la certeza de que cada sacrificio valió la pena, y contaremos historias de coraje y perseverancia que, al final, nos harán sonreír.

Así que, aunque el miedo sea real y tangible, el deseo de un futuro mejor me impulsa hacia adelante.

En cada paso que doy, en cada decisión que tomo, sé que estoy construyendo el camino hacia un nuevo comienzo, uno lleno de esperanza y de promesas cumplidas. Y en ese viaje, confío en que encontraremos no solo el éxito personal, sino también la reunificación que tanto anhelamos.

Les comparto algunas fotos de mi trabajo en Chile