La perseverancia es uno de los valores que reúne muchas cualidades del individuo, ser perseverante no es fácil, porque ello involucra muchos factores, los factores interno, por ejemplo la actitud y factores externos, por ejemplo el ambiente donde te desenvuelves, hay que mantenerse motivado y hay que tener mucha fuerza de voluntad, como les decía, se conjugan muchas cualidades como son la constancia, el sacrificio, la responsabilidad, la paciencia, mucha fe y sobre todo creer en Dios.

En resumen, es tener una meta, un objetivo y aferrándose a este, sin desmayar, superando cualquier dificultad, cualquier obstáculo y caminar siempre hacia adelante.

Mi experiencia sobre perseverancia se remonta a mi época como estudiante de bachillerato, una época para el olvido, de muchas carencias, muchas dificultades y muchos sacrificios, para la década de los 80, la década del famoso caracazo, aquí en Venezuela, cuando el pueblo se levantó contra el gobierno de turno por las muchas carencias que estábamos viviendo los venezolanos.

Partiendo que éramos una familia formada por mi madre y ocho hermanos, ya que nos criamos sin padre, como la generalidad de las familias venezolana para esa época, yo era el segundo, mi familia era muy humilde, mi madre era la que trabajaba y sostenía el hogar en lo que podía, y para el colmo quedo sin trabajo, mi hermano mayor con apenas diecisiete años, dejo los estudios para trabajar y convertirse en sonten de la familia, pero no podía hacer mucho, lo que le pagaban no alcanzaba ni para comer, era normal que la mayoría de los día en mi casa no hubiera comida, y cuando teníamos, primero comían los más pequeños, era posible que no alcanzara para todos.

Yo estudiaba en el Liceo “Pedro Arnal”, para ese tiempo se cubrían los dos turnos, el turno de la mañana de 7:00 am a 12:00m y el turno de la tarde de 2:00 pm a 5:30 pm, el traslado desde la zona donde yo vivía al liceo, generalmente se hacía pagando transporte, pero yo cubría esa distancia cuatro veces al día caminando ya que mi madre no tenía para darme para pagar transporte y no solo no había dinero para transporte, tampoco había en la mañana para desayuno, ni en la tarde para merienda, la media hora de receso para mí era una tortura, no sabía qué hacer, a veces decidía quedarme en el salón, como era obvio podía ir al cafetín, pero yo estaba decidido a estudiar, para mí, esa situación no era suficiente para yo desistir de estudiar.

Mi hermano mayor con solo diecisiete años, tomo la rienda, paso hacer de hermano a padre, mi hermano era muy bueno y sacrificado, nosotros lo queríamos y respetábamos mucho, no era egoísta, lo poco que cobraba se lo daba a mi mamá, él no se quedaba con nada, mi mamá también es muy sacrificada y muy buena, pasando trabajo y muchas carencia, siempre se preocupó por ponernos a estudiar, con todo el sacrificio que eso implicaba.

Para mí ya se había hecho costumbre llegar del liceo y no encontrar comida, pero lo difícil era saber que tenía que regresar al liceo en la tarde, la situación que vivíamos nosotros, es decir mi familia, era el común de la mayoría de la familias en mi sector, muchos conocidos, amigos y compañeros, por ese motivo abandonaron los estudios y tomaron el camino fácil, la gran mayoría por decir algo, pero por mi mente nunca paso la idea de abandonar la escuela, ahí estaba puesta mi esperanza y la de mi familia, es más, siempre me ponía retos de ser el mejor o estar entre los mejores del salón, muchos profesores me ponían como ejemplo de perseverancia, que a pesar de mis deficiencias económicas, sacaba todos mis materias y hasta con buenas notas, mejor que muchos que estaban en mejor situación.

Finalmente se logró el primero de los objetivos, que fue graduarme de bachiller con buenas notas y una buena preparación, pero la situación en mi familia no mejoraba, y en contra de mi voluntad y en contra de la voluntad de mi madre, tuve que decidir hacer una pausa en mis estudio y continuarlo más adelante, fue una decisión muy difícil, pero hice lo que creía correcto, la idea era poder trabajar y ayudar en mi casa, se necesitaba otro ingreso en mi casa y yo quería ayudar, todo esto con la esperanza que cuando se me diera la oportunidad retomaría mis estudio, cuando actuamos de buena fe, Dios nos ayuda y nos da sabiduría para tomar buenas decisiones, el momento se presentó, pude retomar mis estudio, no solo me gradué de Técnico Superior en Informática, sino que también de Contador Público. El tiempo de Dios es perfecto.

Gracias a Dios en estos momentos tengo a mi madre, pero desgraciadamente no tengo a mi hermano-padre. Esta publicación es un tributo a él.