Una tal Blanca Nieves. I Concurso de cuentos de hadas/ I Fairytale Competition.

in hive-139293 •  4 years ago 

Una tal Blanca Nieves. I Concurso de cuentos de hadas/ I Fairytale Competition.

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En estos días me encontré una revista de sociales donde sale gente de mucha alcurnia y dinero, que no voy a mencionar, pero que se llama "Hola". Y no podía creer lo que estaba viendo y leyendo. Resulta que mi amiga Blanca se había casado. Y claro, con este problema de la pandemia, la niña lo hizo en el más estricto secreto. Y ¿cómo había conocido a ese príncipe tan espectacular? ¡Yo me lancé a llamar a su prima, porque resulta que el matrimonio se había realizado en Inglaterra y yo ni sabía que Blanca andaba por allá!
Y he aquí la historia tan singular de Blanca Nieves.

Harta de su madrastra, una vieja horrorosa que se creía la más bella de la urbanización y vivía haciéndose cirugías y poniéndose botox, Blanquita agarró algo de ropa, hizo su maleta y se fue a una residencia estudiantil. Además, esa señora practicaba la brujería y cuanta cosa paranormal se inventara, era necesario e imperativo huir del lugar..
Imagínense que las alucinaciones de la vieja llegaban al extremo de hablar con un espejo y juraba que él le decía que era la más bella del universo. Hasta que Blanca ganó el concurso de reina de Carnaval de la ciudad. A la mujer le iba a dar algo, pues no podía entender "eso": Que Blanca fuera hermosa. Y en medio de su locura, decidió darle "matarile", como dicen en mi pueblo, es decir, darle su boleto a la eternidad. Bueno, se inventó un cuento, más truculento que este, para matar a la chica.

Y un día que Blanca regresaba de la universidad, un tipo muy corpulento la empujó y la agarró de la cintura, le puso una capucha en la cabeza y se la llevó secuestrada en un vehículo. La encerró en un cuarto y Blanca le decía:

¡Pero, chico, cómo se te ocurre secuestrarme a mí, que no tengo ni dinero para comer!! Si estás esperando recompensa ya nos fregamos los dos. No tengo quien pague por mí y tu estas perdiendo tu tiempo, vale!!
Estoy esperando la segunda parte del pago, chica. A ver si logro algo esta semana. ¡Esa vieja no me pagó completo!
Y esta discusión ocurría varias veces al día en una construcción aislada de la ciudad, situada montaña adentro. Y así fue por una semana. Y Blanca dando gritos e implorando que la soltaran y golpeando la puerta. Y el hombre se cansó. Y le dijo:

¡Que necia, eres. Ya me tienes sordo con tus gritos!! La bruja desgraciada me estafó. Se fue del país y me dejó esta carga, la condenada. Ya no tengo comida para darte. Vete de una buena vez!!! Me dijo que te matara y la verdad, tampoco soy un asesino. Yo solo quería cobrar para comprar una moto. Recorrer hasta el pueblo es una odisea y el transporte público no funciona para esta zona. ¡¡¡Vete!!!

Y Blanca asombradísima de lo buena gente que era el secuestrador, se dijo para sí: - ¡Definitivamente, caras vemos, corazones no sabemos!! ¡Míralo pues, tan feo y con esa cara de criminal y no mata ni una mosca!!
Blanca se puso a recorrer ese monte, no se divisaba ni un alma. Estaba cansada y exhausta. Ya estaba anocheciendo y vió una casita pequeña a lo lejos. Allí lo que vió le causó un ataque de risa. Todo era chiquito, pequeño, miniatura. Platos, cubiertos, ropa de niños, y 7 mini camas. Agarró lo que consiguió de comer y aún así quedó con hambre. Acomodó las camas y las juntó para terminar acostándose.

Más tarde, llegaron los enanitos, porque resulta, que esa casita les pertenecía a 7 enanos que trabajaban en las montañas en una mina. Se asustaron cuando vieron que hasta el queso que había en la mesa se lo habían comido, el pan, la leche, todo.

-¡Qué barbaridad, nos robaron, hermanos! El ladrón es un glotón. ¡Hasta mi pastel de chocolate se comió, el infeliz!-Dijo el primer enano, al observar el comedor.
-¿Se llevaron la comida? -Preguntó el segundo enano.
-¡Hermanos, vengan a ver! -Exclamó el tercero, acercándose a las camitas

Y allí estaba la linda Blanca, roncando fuerte.
El cuarto enano dijo: -¡Ronca como un motor dañado!
El quinto enano, expresó asombrado: -¡Qué bonita es, parece una muñeca!
El sexto enano la despertó, moviendo su brazo.

Blanca dió un grito y saltó sobre la cama.
El enano que faltaba por hablar, le preguntó:
-¿Y quién eres tú? ¡Estás muy abusadora, nos dejaste sin cena y encima te duermes en nuestras camas!
-Disculpen. Es que he caminado mucho, tenía hambre y sed. ¡Y pues, aquí ustedes tienen hasta televisor, agua caliente, comida! Yo últimamente he pasado trabajo. ¡No hablen sin saber! No tengo donde ir.¿Me puedo quedar aquí unos días?
El primer enano le contestó:
-Ok, está bien. Si nos haces la comida y limpias la casa no tenemos problemas.
-¿Queeeee? Que vagancia la de ustedes. Yo no soy su sirvienta. ¡Aquí cada quien tiene que colaborar!
-Está bien, Blanca. Vamos a ayudarte. Entre todos limpiaremos.

Y así transcurrieron los días, hasta que la madrastra regresó a su casa. Y un día vió cómo su sirvienta hablaba con el secuestrador y escuchó claramente lo que había hecho. Como había liberado a Blanca y cómo todos los días él pasaba frente a la casita de los enanos y la saludaba, porque ahora estaba trabajando en la mina también. La malvada madrastra se enfureció mucho. Y decidió preparar un plan para envenenar a la muchacha. Le contó a su sirvienta lo que harían y le prometió mucho dinero, que se lo entregaría cuando cumpliera con su parte del plan. Y dijo que esa noche iba a preparar la manzana.

La bruja la hizo acaramelada para que se viera más deliciosa y le añadió su veneno secreto. Le dijo a su sirvienta que fuera al bosque a llevarle la manzana a Blanquita. La sirvienta estuvo de acuerdo, porque era muy ambiciosa y mala gente, también. Así que ella metió en su cesta la manzana y se fue al bosque.
Se acercó a la casa donde estaba Blanca, la muchacha estaba oyendo música y la sirvienta le dijo por la ventana:

-¿Mi niña, tienes agua que me des? Vengo de la mina, tengo sed. Fui a llevarle comida a mi esposo.
Blanca se asomó y no vió maldad en ella, así que le dio agua.
-Gracias. Tengo por aquí una manzana que me quedó. ¡Te la regalo!
-¿Chica, tu me ves gorda, acaso? ¡No estoy a dieta, oíste!
-Ay, disculpa. Pero esta es acaramelada. Está deliciosa.
¡Ah bueno, así la cosa cambia! Dámela, pues! - Y Blanca que siempre le ha gustado comer no se resistió, se la comió completa.

A los minutos se desvaneció y cayó al suelo. La sirvienta huyó corriendo a darle la noticia a su jefa.
Cuando los enanos regresaron no podían creer que su amiga Blanca estuviera muerta. La acostaron en las 7 camas y allí la velaron. Muy tristes, compungidos y sin entender.
A lo lejos vieron a un hombre que se tambaleaba y cargaba una botella de licor en una mano. El borracho se acercó y les dijo a los enanos que lloraban:

-¿Qué paso, hip, se les acabó el alcohol en esta fiesta también??
Ellos lo miraron furibundos y empezaron a empujarlo para que se fuera. Pero él les gritó:

-¡Esperen! Yo tengo mucho dinero, lo que pasa es que venía de una fiesta y me asaltaron y me robaron el vehículo y me lanzaron en este monte.
-¡Todos dicen lo mismo! Creen que esta casa en un refugio. ¡No señor!! Váyase. -Respondió el enano gruñón
-En serio, hip, dejénme dormir un rato. Cuando me levante me voy.
-¡Pero es que aquí las 7 camas las tiene Blanca Nieves que ya murió y la estamos velando!
-Pero yo me acomodo a un ladito. ¡Además, más daño hacen los vivos que los muertos!!

En fin, el apuesto joven, empujó a Blanca un poco y se acostó al lado. Pero en medio de su borrachera y de tanto moverse, su rostro se acercó a la cara de Blanca. Y sin querer la besó.
Blanca dió un grito al sentir el olor y el sabor del alcohol y todos se asustaron y corrieron a ver qué había pasado. ¿Cómo era posible que estuviera viva?
Pues los dos se miraron fijamente.
El le dijo:

-¡Pues para estar muerta, estás bien buena. Qué digo, muy linda!
-¡Yo no estoy muerta!
-Ah no, pero si ya veo. ¿Sabes qué? Te invito un café. Pero vámonos para el pueblo, para ver si se me quita este dolor de cabeza.
-Ok, si. Vamos que tengo hambre. ¡Pero me invitas el café y el desayuno también! Nos vemos, mis enanitos lindos.

Se que quieres saber por qué Blanca no murió. Resulta que la sirvienta, le contó el plan de la madrastra al secuestrador, que era su novio. Y él le rogó no asesinar a Blanca. Entonces, ella cambió el veneno por polvo de hornear y un somnífero, para que la chica solo durmiera por un rato.

¡No sé si ahora son felices, lo que si sé es que era un príncipe!!! ¡Y uno cree que esas cosas solo suceden en los cuentos de hadas!!

Aunque pensándolo bien, con esta crisis económica mundial ¿Quién no es feliz con tanto dinero y un príncipe que se ocupe de tus gastos para toda la vida? ¡Ya Blanca no va a fregar más nunca un plato!

¡Gracias por leer mi participación en el concurso de cuentos! Promovido por @nancybriti

Imagen tomada de Freepik

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Que bien! Muchísimas gracias por el apoyo!!

Muy bueno....

Gracias!