El Maltrato y el Consentimiento los Peores Enemigos de una familia /@yohenmar2021yj

Hoy hago mi entrada a este concurso dejando saludos a todos los amigos de Steeming Community, agradecida a @fabio2614 por tan creativa iniciativa, permitiendo que nuestra imaginación desarrolle historias que nos ponen a reflexionar y corregir patrones de conductas inadecuados, deseo invitar a las amigas @nellita66, @frijolito2020 y al amigo @aiyan22; a continuación les presento mi historia:

En un lugar llamado Tamangapio vivía una familia de apellido Hernández que estaba constituida por un matrimonio con un hijo único llamado Ángel de 7 años de edad, el cual siempre se metía en problemas en su casa, en la escuela y en su vecindario; Angelito como sus padres lo llamaban era un niño muy intranquilo que frecuentemente se comía a escondidas los alimentos de su hogar, robaba dinero a sus padres y le hacía maldades a sus compañeros en la escuela y en su comunidad.

Su madre cada vez que él niño realizaba sus fechorías le decía con voz suave: Ángelito por favor, amor deja de portarte mal, voy a tener que castigarte; él hijo con cara de pícaro le rogaba: ¡No mamá, no lo volveré hacer! Ella lo abrazaba y él con una sonrisa maliciosa en su cara daba a entender que había logrado salirse con la suya. Cuando llegaba su padre del trabajo y se enteraba de lo que había hecho Ángel, este muy, pero muy enojado se salía de sus cabales y le pegaba al niño con lo que conseguía, con palo, manguera, zapatos, correas de cuero, entre otros; Ángel muy lastimado salía llorando a los brazos de su madre y esta lo consolaba.

Esta situación se repetía cada vez más en la vida de esta familia, él niño se comportaba mal, tenía muy mala conducta, la madre lo consentía mucho y no le daba la disciplina que merecía; por su parte el padre lo reprendía pero era muy brusco, tanto así que lo maltrataba porque se tornaba excesivamente violento con el niño. Al pasar los años Ángel fue un adolescente problemático, se metió en muchísimos problemas, robaba, hacía maldades a profesores y compañeros de estudio, se metió en vicios, perteneció a pandillas delictivas y era sumamente violento, hasta que un día inesperado para él lo arrestó la policía porque había cometido un delito.

Esta historia nos deja una enseñanza, al disciplinar a los hijos los padres no deben se ser ni demasiado blandos o excesivamente severos, porque esto trae graves consecuencias, por lo general los hijos criados de esta forma al crecer se sienten insatisfechos consigo mismos y son infelices, por ello buscan de llenar ese vacío con cosas malas terminando decepcionados y llenos de un montón de problemas; más bien deben ser padres que corrijan a sus hijos de acuerdo a lo que hallan hecho, sin caer en el extremo del consentimiento o el extremo del maltrato, se bebe tener un equilibrio; si los padres ponen en práctica este consejo sus hijos les darán grandes alegrías.