Aunque a mi mamá no le gustaban las mascotas, de niña tuve la oportunidad de tener dos, con la excusa perfecta que nos iban a cuidar, ya que era una mujer y dos niñas viviendo sola.

La primera mascota fue Casandra una hermosa, Dálmata que mi abuelo le dio a mi mamá para que ella fuera nuestra guardiana, la recuerdo perfectamente porque ella a medida que fue creciendo se volvió muy robusta, pero siempre juguetona, al llegar siempre del colegio ella salía corriendo hacia mí y con su fuerza me lograba tumbar y así me demostraba su gran amor.

Mover la cola y con la lengua afuera son de las cosas que recuerdo, fue mi primera mascota de esas que nunca se olvidan, el día que recibí la noticia de su muerte fue un día muy triste, pues como niña pensaba que ella duraría a mi lado para siempre, llegar del colegio y que no me recibiera era desgarrar.

Años después mi papá nos regaló un Chow Chow esto trajo uno que otro problema entre ellos porque mi mamá no quería mascotas, sin embargo, no le quedó de otra que aceptar porque mi hermana y yo ya estábamos ilusionadas, se llamaba muñeca era cariñosa y juguetona, todos los que llegaban a casa querían acariciar.

Su inesperada partida nos dejó el corazón roto, aún recuerdo cuando una mañana desperté y fui a buscar a muñeca, mi mamá no me quiso decir nada, pero pase toda la mañana preocupada y preguntando por mi mascota hasta que mi mamá me sentó y me dio la triste noticia, había sido atropellada por un bus cuando mi mamá abrió la puerta y ella salió corriendo a la carretera.

Desde ese episodio no volvimos a tener mascota hasta que llegue a la adolescencia, justo cuando pasaba un proceso emocional difícil a mis 18 años una amiga me hace el regalo de un lindo perro el cual llame Copito, Con mucha más responsabilidad lo cuide y lo consentí.

Copito llegó a mi vida para pintarla de colores, darme amor y darle yo a él, el amor que sentía por él era indescriptible, pero al igual que las otras mascotas no duro para siempre conmigo, un día cerro sus ojos y no lo volvió abrir jamás.

Por mucho tiempo decidí no tener más mascotas, pues el despedirme de ellas ha dejado mucho dolor en mi corazón. Pero Hasta hace poco más de un año que adopte a mi gato.

Un gato que ha Sido mi compañía en momentos difíciles, que muchas veces me muestra sus efectos, pero otras me ignora como nadie se ha atrevido a hacerlo. Es un gato rebelde que es capaz de hacer lo que sea por salirse con la suya y salirse de la casa.

Lo estoy cuidando y consintiendo como a nadie, Es un gato que me hace salir a altas horas de la noche a buscarlo porque le ha dado por escaparse y como buena madre no puedo dormir si él no está en casa.

Con la llegada de él, se han acercado muchos gastos a la casa, al cual los alimentos y cuido con gusto, porque a donde se quiere un animal se quiere a todos los animales del mundo.

Sé el dolor que se puede sentir al perder una mascota, porque lo he sentido y actualmente no me quiero imaginar una vida donde no esté mi gato eso me destrozaría.

Solo los que tenemos mascota conocemos el amor más puro hacia ellos y el dolor de que ellos ya no estén con nosotros, siento mucho la partida de Lushka como la de tantas otras mascotas. Fortaleza para todos.

Invito a participar a @alejos7ven @yonaikerurso y @karianaporras en SEC - T18W2: ¡Lushka, te extrañaremos!"

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Todas las fotos, me pertenecen a mi galería personal.

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