Me complace tener la gran oportunidad de formar parte de esta dinámica que ha organizado nuestro querido amigo @f2i5 en la que, vamos a poder hablar sobre nuestra fábula favorita y, la influencia e incluso, lecciones que nos ha transmitido. Sin más preámbulo, comienzo con mi participación.

  Las fábulas son breves narrativas que comienzan a formar parte de nuestro repertorio literario desde nuestra infancia y, a pesar de que la mayoría de estos textos tienen un contenido infantil, se caracterizan por ser una fuente enriquecedora de valores, reflexiones y lecciones que nos ayudan a comprender el ciclo de la vida al igual que, nos conducen a ser excelentes personas.

  Conectar con una fábula no es tan complicado porque, a pesar de que su narrativa está personificada por una especie animal, la conducta que representa es la que caracteriza a una persona y, justo esto es lo que logra que nos identifiquemos con una o varias fábulas ocasionando así que, sea nuestra favorita porque, en esa lectura sentimos que nos están hablando directamente a nosotros.

  Durante mi infancia tuve la grata oportunidad de leer varias fábulas y, confieso que me encantaron absolutamente todas porque, cada una de ellas me dejaron lecciones que incluso hoy día suelo ejercerlas en mi cotidianidad. Sin embargo, la fábula que se consagró como mi favorita es La liebre y la tortuga porque, en esta narrativa sentí que me estaban describiendo ya que, desde el momento en que la memoria me lo permite, sé que me gusta hacer las cosas con mucha paciencia y, les confieso que me costó mucho comprender que ser así no está mal porque, más que un problema, es una virtud que nos puede obsequiar excelentes resultados durante el transcurso de nuestra vida.

  Aunado a lo anteriormente mencionado, otra razón que llevó a esta fábula a ser mi favorita es que, de una manera muy ilustrativa es una gran institución para fomentar los valores y, recuerdo que cuando estaba comenzando a leerla, mi familia era muy enfática en la importancia de hacer nuestro los valores porque, a través de ellos construimos una buena sociedad.

  Sin duda, para mi hablar de La liebre y la tortuga es abrir un abanico de aprendizajes que mi familia me ayudó a procesar de manera ilustrativa a través de esta narrativa y, me encantó tanto que, fue imposible no coronarla como mi favorita.

  La influencia que tiene en mi vida la narrativa de La liebre y la tortuga es en su máxima dimensión y, aprendí que a pesar de ser una historita con sello infantil, en la etapa adulta es cuando más necesitamos leerla porque la comprensión es más sólida. Ahora bien, para tener una idea más clara de la influencia de está fábula sobre mí es que, hoy día no me dejo llevar por el afán ya que, comprendo que en el ciclo de la vida todo tiene su momento y si por alguna u otra razón se nos ocurre saltar ciertos elementos, las cosas van a salir mal y, de esa acción solo nos quedaremos con la frustración y el cansancio por ello, en la vida hay que ir sin prisa pero sin pausa porque todo llega cuando debe llegar.

  De igual manera, La liebre y la tortuga influye en mi vida cuando recuerdo la importancia de poner en práctica los valores porque, estos hábitos nos ayudan a conducirnos en una sociedad donde todos los seres humanos podamos convivir sin afectarnos entre nosotros ya que, el respeto debe prevalecer por encima de todo.

  Vivimos en una sociedad donde ser diferente, puede llegar a ser un motivo de burlas o discriminación y, esto está mal porque, no debemos señalar a alguien por un factor diferencial que tengan y, La liebre y la tortuga es una fábula que nos enseña que debemos respetar a los demás ya que, la diferencia no es motivo de promover el bullying. Aunado a ello, esta fábula nos muestra un reflejo de que, en la vida hay que tener buena actitud cuando estamos haciendo algo y por supuesto, debemos actuar de manera genuina y con mucho amor porque, las buenas acciones son recompensadas con buenos resultados.

  Cabe destacar que, con la historia de esta fábula aprendemos que, el éxito se obtiene con trabajo duro, constancia, disciplina, dedicación, perseverancia, paciencia y sencillez porque, si empleamos malas acciones como la arrogancia, viveza y trampas; absolutamente nada saldrá bien ya que, en la vida, el brillo lo obtiene quien se esfuerza de manera sana y genuina.

¡Muchas gracias por leer mi publicación!