Aragua, Venezuela
16 de Diciembre del 2.022
Para: Ana Josefa Hernández

Hace 22 años que no te veo físicamente, pero siempre te recuerdo, incluso muchas veces en mis sueños puedo abrazarte... Siempre recuerdo un sueño dónde estaba acostada en tu cama, me tocabas el cabello y yo comencé a llorar en el sueño sabía que habías muerto, cuándo comencé a hablarte y me pedistes que te hablara claro... Ese día entendí que no podía seguir llorando por ti, porque mi llanto te hacía sufrir.

Ese domingo del 2000 cuándo por última vez estuve contigo, de haber sabido que era la última vez que estaríamos juntas no me hubiese venido del hospital, te habría besado tanto que tal vez solo tal vez, de tanto amor te hubiese curado.

Abuela no sabes cuánto te extraño, no sabes cuánto quisiera poder tener contigo una conversación más, hoy soy mucho mayor, ya soy una mujer madura qué entiende muchas de las cosas que hiciste y conoce muchas de las dificultades que viviste, eso hace que sienta mucha más admiración por ti.

Gracias por todo el amor que me distes, gracias por todo el apoyo y la protección, mucho de lo que hoy soy es gracias a ti, recordar mi infancia es recordarte a ti, es recordar tu sonrisa tímida, tu forma extraña de fumar, tus pasos lentos, tus batas llenas de bolsillos y estos bolsillos llenos de monedas, que sonaban cada vez que caminabas.

Recuerdo tu forma de sacar cuentas tan minuciosa, tan detallada, con esos números tan bonitos, que iba yo a imaginar en aquel tiempo que no sabías leer ni escribir.

Hoy comprendo porque me insistias en que estudiara, por cierto me gradué de Abogada, siempre te dije que sería diseñadora y resulta que no se ni coser jajaja pero si estudie en la universidad, por cierto allí conocí el amor, ojalá pudiera presentarte a Daniel, sé que lo quisieras porque es educado, atento, me ama y me cuida mucho.

Abuela he cambiado mucho desde que te fuiste, tanto que tuve un accidente, me caí y ahora no muevo mi mano izquierda como antes, gracias a Dios no te toco vivir esto conmigo porque bastante dolor viviste, sé que no puedo ser egoísta pero quisiera que pudieras estar conmigo en estos momentos, porque tú eres mi ejemplo de mujer, de lucha, una mujer que no se dejó vencer nunca, se que en mi depresión tú sabrías que decirme.

Sabes abuela quisiera recordar la canción que nos cantabas para estas fechas navideñas, esa que cantabas con tanto sentimiento y ninguno de nosotros recuerda por completo, en esta época tan bonita te recuerdo tanto, recuerdo tus hallacas, como decoradas la mesa, sin duda alguna aprendí mucho de mi.

Dios me premio al ponerte a ti como mi abuela, gracias por consentirme y amarme tanto, bendíceme siempre.

Te Amo Enorme Abuela.