En la "Ciudad de la Furia, puedes apreciar una gama de lugares que a decir verdad se transforman en geniales aventuras, una sencilla caminata se convierte en un paseo improvisado, donde se aprecian los detalles de la arquitectura mas los colores de la naturaleza que la rodea.

El otoño nos trae aparte de un brisa fría una paleta de colores ocres pintadas en las hojas de los arboles, en contraste con el celeste del cielo, forman un dúo atractivo.

Me voy de este lugar mirando las palomas que llegan curiosas a saludar a los visitantes, acompañada de un magnifico sol radiante y en búsqueda de una nueva aventura que me repara esta especial "selva de concreto".