Concurso: ¡Los remedios de la abuela! / Ungüento por si se te bajan las paperas

1.- Comparte con nosotros un remedio casero que acostumbraba darte tu abuela (puede ser cualquier persona, mamá, papá, vecina, cualquier que te haya dado ese remedio).

En realidad, mi segunda madre fue mi abuela materna quien me acaparó cuando yo era bebé por la simple razón de que ella dio a luz casi puras hembras, en aquella época en que los hijos eran una prole numerosa y los anticonceptivos brillaban por su ausencia.

En aquellos años lo que se practicaba era más que todo una medicina casera. No se estilaba eso de ir a consultas médicas o eso se hacía en los casos más extremos, de manera que mi abuela era muy diestra en el manejo y aplicación de remedios caseros, los que constaban en su mayoría de plantas o de otros elementos que en su mayoría estaban al alcance de la mano.

Bueno, uno de los remedios más dramáticos que me dio mi abuela fue una mezcla que llevaba mentol, grasa de gallina y aceite de ricino. Lo que más me acuerdo de aquel artilugio era que, cuando lo aplicaban sobre la piel, uno sentía una picazón hereje, aunque al rato como que adormecía la parte donde a uno se la untaban.

2- ¿Para qué sirve esta medicina?

Según mi abuela, cuando las paperas dizque se bajaban (por el hecho de que los testículos se hinchaban), lo que había que hacer es untarle al enfermo aquella mezcla en el escroto; pero, además de eso, a la persona había que acostarlo casi patas arriba, con la cama bien inclinada, con unos bloques en las patas de un lado; de modo que por gravedad las paperas volvieran a su lugar.

Me acuerdo también que me puso en los cachetes hojas de llantén amarradas con un pañuelo. Yo me veía realmente patético. Y el que se burlaba de mí era un tío que se reía a carcajadas cuando veía a mi abuela untándome aquel ungüento. Como aquello me daba cosquillas yo gritaba de los nervios. Mi tío se reía a carcajadas pero también cayó con paperas una semana después que yo. Luego mi abuela, mientras cuidaba de mi tío, decía: “El que ríe de último ríe mejor”.

Fuente
3 - ¿Estás consciente que debemos ser precavidos a la hora de tomar medicinas caceras?

Por supuesto que sí. Hay plantas que no se puede estar abusando de ellas, por más fama que tengan. Una de estas es la sábila, cuyo gel, además de poseer propiedades curativas, contiene algunas sustancias químicas que te pueden afectar el hígado. Lo mejor de lo mejor hoy en día es acudir a la ciencia médica y no a los curanderos y mucho menos a los llamados “curiosos”.

4 - ¿La has compartido con algún familiar, amigo o conocido?

Para nada. Hacer el papel de médico no es el deber ser. Los mismos médicos dicen que ellos no se automedican cuando una especialidad no es de su incumbencia. Y hay veces que una simple infusión puede complicar a un enfermo. Lo mejor entonces es no meternos en problemas.

5 - Comparte una foto de esa persona que te heredó este remedio y dedicarle unas palabras de agradecimiento.

Esta es la única foto que conservo de mi abuela (q.e.p.d.) a quien le debo gran parte de mi humilde existencia. La recuerdo todos los días de mi vida.

Mi abuela Rosa (Foto de mi propiedad)

_{Invitación: @norat23, @inspiracion, @alegnita}