Está genial, estoy casado, pero separado, así que por respetar el voto matrimonial dictado por Dios, así no puedo estar con ninguna mujer y llego a casa sin mi mujer.
No entendí esto hasta ahora.
Claro, así no hay más mujer en mi vida y eso ha creado una paz inexplicable. Y lo más loco es que mis tristezas son las mismas que cuando estaba casado y vivíamos juntos, así que no me ha modificado nada.
Es increíble cómo los vientos se unen para poner a tu favor una situación que parecía un gol en contra. La vida es tan simple, pocas cosas, poco dinero y disfrutar de otras cosas que antes no veía.
Qué bueno, no necesito más mujer, ya que esto ha creado un concepto de libertad absoluta, sin vicios, sin nada esclavizante. De hecho, después de las 17, 18 horas, ya no veo ninguna red social. Eso ha hecho que la hora de dormir no esté cargada de imágenes y sonidos que distorsionen el control y la paz. No es solo elegir qué ver, no hay que ver nada y es a través de estar absolutamente solo. Así se aprende a tener una mejor estabilidad física y mental.
Peleo con los sentimientos y emociones y así los voy reeducando.
Lleva esfuerzo, pero no abandonar las creencias y las metas fue clave.
Ahora no hay más miedo ni necesidad de otros, y el trato con los demás es muy sano, limpio, sin disfraces ni dobles intenciones.
Esto es gracias a Dios, porque solo yo no hubiera podido mantener la cordura.
¿Por qué qué ocurre cuando lo haces solo, sin Dios? Muchas veces quedas lleno de resentimientos, que son unos pesos muy grandes para la vida. En cambio, con Dios se cuida todo, no solo para mejorar, sino también para hacer bien a otros y no guardar ningún rencor. Además, se sabe que la gente es más feliz con alguien feliz. Por eso hablo con mucha gente y les comparto que la amistad real es ser buena gente, y solo se puede ser buena gente con Dios.