Es un placer participar en esta hermosa dinámica que nos pone a pensar, mirando los diferentes tamaños y colores de hojas que nos brinda nuestra madre naturaleza y comenzar a organizar las hojas para ver qué imagen podemos componer, disfruté mucho haciendo mi trabajo.

Recogí varias hojas de colores, algunas ramitas con flores y varias hojas secas del jardín, me senté a pensar un momento mientras me decidía que arte iba a plasmar en mi hoja blanca, no tengo experiencia en este tipo de manualidades, pero gracias a Dios, poco a poco fui elaborando mi obra, teniendo como resultado este burrito.

• Una hoja blanca;

• Pistola de silicón;

• Una tijera;

• Musgo;

• Hojas secas;

• Hojas de colores;

• Ramitas con flores.

Comencé por recortar las hojas para darle forma a la cabeza.

Continué recortando las demás partes del cuerpo y colocándolas sobre la hoja sin colocarle la pega, nada más para estar segura del tamaño y la forma.

A pesar que cada momento se movían, debido a que es un material pequeño, liviano y suave para trabajar, logré recortar todas las partes.

Ahora sí, comencé a pegarlas con el silicón, le pegué las orejitas al burro, dibujé unos ojitos, los recorté y los pegué, luego recorté otra hoja y se lo coloqué en el hocico.

Para hacerle el cuerpo, continué pegando hojas de colores.

Al terminar de pegarles las partes del cuerpo, procedí a pegarles las 4 patas con unas hojas verdes con tintas marrón a punto de comenzar a secarse.

Luego le coloqué los cuatro cascos hechos con hojas secas, agarré una ramita de musgo y la coloqué como la cola, terminé la punta de la cola con una hojita miniatura.

Para hacer la nariz, corté unas hojitas oscuras y se la coloqué en el hocico. Habiendo terminado de pegar todas las partes del burrito, decidí agregarle un detalle, unas ramitas de montes, todavía conservaban algunas florecitas de color blanco y en centro de color amarillas.

Para darle el último retoque, agarré una hoja grande, le corté las puntas y la pegué debajo de las flores y coloqué mi firma y la fecha.