Historias de histerias colectivas

Pocas cosas son tan saludables como bailar, haces ejercicio cardiovascular, mientras produces hormonas que te hacen sentir bien, y de paso es divertido, lo hacemos por convivir, para celebrar, y para Olvidar nuestros problemas, pero sabes que no es saludable bailar sin detenerte, más que para comer y dormir o desmayarte de cansancio por días semanas o meses.

En los estados unidos hacen maratones de baile que por lo menos hay un premio de por medio, bailar y seguir bailando cuando ya no es divertido no es algo que se antoje hacer, a menos que sufras de una enfermedad, una epidemia llamada coreomanía.

La coreomanía es un tipo de histeria colectiva, una enfermedad psicogénica y socio génica de masas o sea que tienes origen en un padecimiento mental combinado con el contexto social y que necesita a un grupo de personas para detonarse y convertirse en una epidemia.

La coreomanía se manifiesta como una irresistible compulsión a bailar, donde el no puede parar y continúa bailando por tiempo indefinido solo deteniéndose para comer beber y dormir o desmayarse de cansancio, este comportamiento contagia a otras personas que lo observan y pronto tienes a un montón de gente bailando una versión medieval, esto sucedía frecuentemente en Europa durante el medievo.

Los primeros registros de una epidemia de baile son del año 1027, en la noche de Navidad afuera de la iglesia de Calvik una población en Alemania, un grupo de 18 personas que bebían, bailaban y cantaban interrumpió con sus algarabías la misa de Navidad, y el sacerdote salió a echarles la maldición de que bailaran y cantaran sin parar durante un año hasta la siguiente Navidad como castigo y las 18 personas en efecto continuaron bailando y cantando contra su voluntad por días.

Hasta que dos obispos piadosos los liberaron de la maldición después durmieron por tres días y se recuperaron excepto cuatro personas que murieron, otra historia cuenta que en el año 1237 un grupo de 100 niños escaparon de sus casas bailando desde el pueblo de Erfurt hasta Arnstadt (recorriendo 21 km) también en la actual Alemania y al llegar se desplomaron exhaustos, después sus padres lo recogieron y los llevaron a casa donde algunos murieron de cansancio.

Estas historias no suenan muy creíbles, una es desde hace casi 1000 años y habla de sacerdotes que ponen y quitan maldiciones y la otra tiene un sospechoso parecido con el cuento del flautista de Hameln, que habla de un misterioso joven con una flauta que llega a un pueblo para ofrecer sus servicios de control de plagas atrayendo con la música de su flauta a las ratas del pueblo y cuando los habitantes se rehúsan a pagar por sus servicios el flautista usa la flauta para llevarse a los niños como lo hizo con las ratas.

Resulta que este cuento está basado en hechos reales alguien raptó a 130 niños del pueblo de Hamelín en 1284, tan solo 47 años después de los otros niños que escaparon de sus casas para bailar hasta el otro pueblo, si se utilizó música para llevarse a los niños, y si estos iban bailando no está muy claro, pero no sería la última vez que la gente abandonara sus pueblos en masa al son de un ritmo.

Una explicación de estos brotes de histeria colectiva está en la intoxicación por hongos en cereales que consumía la gente, a eso se le llama ergotismo y produce síntomas similares a los de estas epidemias como alucinaciones y la incapacidad de dejar de mover brazos y piernas, es posible que algunas personas estuvieran intoxicadas con ergotismo Mientras que otras se contagiaban al verlas por medio de su gestión la mente es muy poderosa.

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