Desde la creación del mundo, los seres humanos hemos tenido que vivir entre el bien y el mal. A veces somos nosotros los malos; en otras ocasiones somos los buenos. Esto significa que, por naturaleza, nadie está exento de ubicarse en un grupo u otro.

Sin embargo, el temerle al castigo divino puede hacernos controlar un poco nuestro lado malo. Pero OJO: Esto no siempre es así.

Lo que sí es cierto es que somos muy ligeros para juzgar a los demás, pero muy "cortos de vista" para autoevaluarnos.

En el Salmo 37, Dios le habla a su creyente, quizás ante la solicitud de este de castigar al malvado:

No te impacientes a causa de los malignos
No tengas envidia de los que hacen iniquidades...

En estos versos, Dios le pide al "hombre bueno", que no se deje perturbar ante las maldades que hacen los otros; ni que sienta envidia, por ejemplo, porque al "hombre malo" le vaya bien económicamente en la vida o que logre cosas materiales que, desde el juicio del "hombre bueno", no merecen. Con esto le quiere decir: "No tengas ojos para los demás ni ocupes tu mente con la vida de otros, que de ellos me encargo yo: "Ayúdame más bien, tú, a ser un hombre de bien, dispuesto a dar amor a los demás sin juzgarlos".

Y allí, desde mi punto de vista, es donde está lo más lindo de este poema: Dios le pide a su "oveja obediente": No juzgues. Cree en mí. Yo sé cómo he de actuar, en el momento y en el espacio preciso con quien me desobedezca:

En las palabras acuñadas en el salmo:

Confía en Jehová y haz el bien;
Y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad...

Si bien Dios le pide ayuda a sus seguidores a que lleven sus palabras a las "ovejas descarriadas", también le pide: Vigilar sus pensamientos, cuidar la forma de hablar a los demás, pero sobre todo, los invita a no dejarse contaminar de odio:

Guarda silencio ante Jehová y espera en él...

Uno de los versos que más me gustó fue:

Mejor es lo poco del justo
Que la riqueza de muchos pecadores.

Significa que el que anda por la senda del bien, aunque no tenga riquezas vivirá en paz, y contará con la protección de Dios. En cambio, quien adquiera riquezas de manera turbia nunca dormirá tranquilo, aunque en su habitación haya abundancia.

Otro gran pensamiento es el siguiente:

El impío toma prestado, y no paga
Mas el justo tiene misericordia y da.

Apoyar a los demás, incluso cuando no tenemos nada, es un acto de bondad que Dios ha de mirar con muy buenos ojos; en cambio, aquellos que incluso dicen ser sus hijos, pero son capaces de desprenderse de lo que tienen para ayudar a los otros, ¿acaso no forma parte del grupo de los impíos?

Hago esta observación en forma de pregunta, ya que si juzgo cometo también el pecado de no dejar las cosas para que sea Jehová quien tenga la última palabra, a la hora de juzgar a los vivos y a los muertos.

Los versos que me aprendí y que deseo no olvidar nunca más fueron:

Apártate del mal y haz el bien
Y vivirás para siempre.

La trascendencia de la vida a la que se refieren estos versos no es a la carne, sino al espíritu. Quien actúe con amor hacia los demás y se aleje de la maldad actuará haciendo el bien, y alejándose del mal; y nunca será olvidado, pues sus acciones marcarán la vida de los otros.

Este salmo 37 para mí es esperanzador, pues Jehová le dice a la humanidad:

Hagan el bien,
cultiven su mente con pensamientos nobles
No te detengas a mirar a los que actúan con iniquidad,
de esos me encargo yo, tu Dios,
que estaré a tu lado, mientras que actúes con bondad y fe.

Es todo lo que puedo decir. Invito a @dulcem05, @zory23 y @sharifanamin. Aquí la información

Gracias por invitarnos a hacer este ejercicio reflexivo, @graceleon.