Tengo cierto tiempo despertando temprano, algo cansada, pero sin nada de sueño. Haciendo esto a un lado, me he sentido muy bien, no puedo ser tan mal agradecida, ni mucho menos quejarme.
Viendo en retrospectiva (así lo olvide de vez en cuando en momentos en los que estoy ansiosa y me hago un juicio yo misma) he trabajado a mi ritmo en cuestión a mis cosas: en lo que quiero lograr, en quien quiero ser, en ser más independiente, sentirme más segura y ser más feliz sin tantas excusas y limitantes que en ocasiones yo misma creaba.
Al inicio de la cuarentena me sentía tan abrumada por lo incierto que empezó a ser todo, pero miren: ¡he sobrevivido y aquí estoy!
Apesar de lo oscuras que pudieron tornarse las cosas para mí, siempre he podido volver a ver el sol salir.
Es una sensación algo extraña que no había experimentado antes, pero justo ahora siento que estoy en un punto de mi vida en el que sé que las cosas pueden cambiar repentinamente, y sí, lógicamente en algún momento volveré a estar triste, pero ahora es como si tuviera la certeza de que todo dolor es momentáneo y que son más los motivos para ser sonreír.
Amo estar con la mente en positivo. Estar feliz me hace tan bien.