El borracho enseña a bailar tango a Kitana.

En una conversación telefónica con algunas chicas del club de combate, me enteré que las chicas habían quedado sin maestro de baile.

Pase por el gimnasio y vi llorando a Kitana, al parecer saldría con alguien y no sabía bailar tango, a lo cual me conmovió mucho y le ofrecí mi colaboración ya que además del Kung fu también soy experto en el baile y el tango es uno de los ritmos que me apasiona, eso sí, le pedí que para bailar mejor llevará algunos traguitos que no eran muchos solo tres botellas de whisky, dos de Cocuy, cinco de vino y cuatro de anís diario, que yo pensaba que en una semana ella estaría bailando muy bien.

Recuerdo que en el camino se me ocurrió llamar a Nightwolf para que me acompañara y el aceptó. Nos fuimos en patineta y por más que le dije al indio ese que se bañara llegó todo hediondo, pero bueno me sirvió por qué a lo que vi no estaba solamente Kitana, sino varias del club de combate.

El indio agarro a Sheeva y yo me quedé con Kitana. Así pasaron los días entre alegrías y sonrisa, fuimos conversando, unos traguitos y una picada no faltaba. El último día llegó y Kitana aprendió. Le dije que le deseaba lo mejor en su evento y era un concurso de baile al cual asistiría con un amigo que la estaba enamorando. Le pregunté su nombre y me dijo Baraka yo me toque la cabeza y dije dentro de mi como ese pedazo de ser tan horrible y mal peleador podía salir con esta princesa, de paso era nuestro enemigo.

Decidí callar tomarme unos tragos más y buscar al apestoso que andaba conmigo, y lo conseguí dándose algunos besos con Sheeva. Me hice el loco y mire a otro lado agarré mi patineta y mi botellas y me fui de fiesta hasta perder el conocimiento pero en buena compañía.

Dando vueltas por ahí me encuentro de nuevo a la pareja dispareja. Mira nada más esa cara, el tipo tenía cuchillas por diente. Entonces me imagine una escena de un beso entre ellos y me dio escalofríos.

Me decidí a enfrentarlo y ver si sus intenciones con Kitana eran sinceras. El tipo tenía cuchillos en los brazos, pero ya yo había bebido lo suficiente, nada de eso valía. Corro hacia él, con el puño preparado, cuando la botella de vino se me resbala de la mano y tropiezo con ella. Justo antes de chocar la cien contra el pavimento, pienso, esto es un friendship.

Como si de la magia de Sindel se tratara, cuando me di cuenta ya había amanecido, y estaba en la cama. Como llegue allí, ni idea, secreto Shaolin.

Se les quiere un saludo a todos firma borracho.

Fuente

A vomitar.