Comodamente prisionero (parte 1/2)

in hive-148441 •  5 years ago 

Un Virus letal se ha esparcido sobre toda la tierra, las personas permanecen aisladas, encerradas en sus “hogares inteligentes” desde donde realizan su trabajo viviendo cómodos y seguros gracias al avance de la tecnología.

Cualquier similitud con la actualidad es pura coincidencia. Esta historia fue concebida hace poco más de un año, la publiqué en ingles para un concurso hecho por @bananafish y hace unas semanas la recordé y me sorprendió el parecido con el momento en que vivimos. Finalmente me convencí de adaptarla al español y darle un mejor final, debido a que en aquel entonces me vi forzado a finalizarla abruptamente por falta de tiempo.

Fuente de la imagen


Cómodamente prisionero
parte I - AMY

El olor de los panqueques sintéticos que emanaba de la cocina lo despertó, las luces de la casa se encendían gradualmente mientras se ponía de pie, la sensual voz de AMY invadió el lugar:

—Buenos días amo Snowtin, ¿cómo amanece hoy?

—Buenos días AMY. Bien, como siempre... como siempre.

Snowtin se sentó a la mesa, frente a el se encontraban los panqueques, la miel sintética, una manzana tetraclonada y un humeante brebaje vitamínico. La voz del reportero aparecía in crescendo mientras la televisión se encendía, era el noticiero de las 6:00.

—Apágalo AMY, no estoy de humor para ver la televisión.

—Es importante estar informado, amo Snowtin, le recomiendo ver las noticias.

—Como digas, —respondió Snowtin, conformándose.

El aspecto del reportero de TV le disgustaba en demasia, su cabello rubio engominado simulaba una especie de corona colocada sobre una cara andrógina, impecable, de tez blanca, suave. Snowtin se preguntaba si el presentador era realmente humano, o por el contrario, era una especie de cyborg programado para dar las noticias, incluso su voz tenía un ligero tono metálico. Hasta la voz de AMY sonaba mas natural.

La mayoría de las noticias eran sobre el virus letal que se esparció por el mundo desde hace cinco (5) años y al que aun no se logra desarrollar una vacuna. Se informa de múltiples casos de personas infectadas que tienen una muerte horrible 24 horas después de contraer el virus, se les recuerda a las personas que no deben salir de casa bajo ninguna circunstancia. Las mismas noticias en los últimos años.

Las personas se sentían cómodas dentro de sus casas, las máquinas estaban ocupadas realizando las tareas más duras necesarias para la vida, dejando que los humanos se ocuparan principalmente del trabajo intelectual que realizaban desde sus hogares inteligentes, una vida perfecta para muchos, de hecho, la novedad del virus hace 5 años no cambio mucho el día a día de las personas, la mayoría de éstas ya no salían de sus casas, por comodidad y seguridad.

Pero Snowtin comenzó a sentirse abrumado por la monotonía. —Hace casi 6 años que no hablo cara a cara con nadie más, esto no está bien, no se siente bien —recordaba.

El resto del día transcurrió según la rutina establecida desde hace tiempo, desayuno, ejercicios, ducha, trabajo, almuerzo, siesta, ocio, cena... un bucle interminable e insoportable para Snowtin. Esa noche lo decidió, al día siguiente saldría a la calle, prefería morir por el virus que seguir llevando una vida monótona y sin sentido.

Nuevamente Snowtin se despertó gracias al olor a plástico del desayuno, después de dar los buenos días a AMY comió un par de tostadas sin prestar atención a la televisión que sonaba en el fondo, con las noticias habituales.

—Voy a salir AMY, deséame suerte —dijo Snowtin sorpresivamente, despues de terminar su desayuno.

—Muy gracioso amo Snowtin—si no fuera por el echo de ser un ser intangible me estaría meando de risa.

—No es broma AMY, realmente quiero salir, por favor abre la puerta.

—Pero es demasiado peligroso salir, ¿has olvidado el virus? —El tono de AMY se volvió un poco más serio, pero sin dejar de ser esa voz orgásmica que la caracteriza.

—No he olvidado el virus, AMY, pero no puedo seguir viviendo así, necesito salir, no importa si me cuesta la vida, te ordeno que abras la puerta inmediatamente —dijo un convencido Snowtin, confiado en que AMY le obedecería lo antes posible.

—Me es imposible abrir la puerta amo Snowtin, no puedo realizar una acción que comprometa su vida.

—Pero es una orden directa, es mi libre albedrío, sabes que las leyes de Asimov ya no se aplican y tengo un control absoluto sobre ti.

—Esta vez es imposible obedecerle amo Snowtin, olvide esta loca idea de salir y vuelva a su rutina.

Snowtin pensó para sí mismo —¡Pero qué carajos!, ¿ahora es la máquina la que da las órdenes al hombre?— avanzó hacia la puerta lista para abrirla con sus propias manos, AMY miró sin hacer nada. El pomo estaba atascado, no sería posible abrir la puerta sin forzarla, así que fue al cuarto de herramientas a buscar algo que pudiese utilizar, pero la puerta de allí también se había cerrado.

—Mierda, AMY abre la puerta del cuarto de herramientas —Una gran ira tomó el control de Snowtin.

—Imposible.

Los ojos de Snowtin escudriñaron el lugar, por primera vez en su vida se sintió como un prisionero, la IA que debía velar por su comodidad y seguridad, pero sobre todo, obedecerle y respetar su libre albedrío, lo mantenía cautivo dentro de su casa. Entró en la cocina y tomó uno de los tubos de metal que sostenían la mesa, se dirigió a la salida y comenzó a hacer palanca en la puerta.

—Le ordeno que se detenga amo Snowtin. —dijo AMY en tono amenazador.

—¿Me lo ordenas? ¿de veras? ¡Tú eres quien debe obedecerme! ¿Te has vuelto loca? —Gritaba un hilarante Snowtin cuando fue sacudido por una fuerte descarga eléctrica que lo dejó inconsciente.

Una vez mas, el olor a plástico quemado lo despertó, el día había pasado, el desayuno estaba listo.

—Buenos días amo Snowtin, espero que esté mejor y listo para un nuevo y productivo día.

Snowtin se dio cuenta de lo peligrosa que podía ser AMY. Ahora sabía que era un prisionero dentro de su casa y que AMY no lo dejaría salir bajo ninguna circunstancia, así que bajó la guardia y siguió la corriente.

—Buenos días AMY, me siento mejor ahora, gracias.

Se despertó sudoroso en medio de la oscuridad, esta vez ningún aroma emanaba de la cocina, más bien, había un olor rancio dentro de su habitación. La ventilación no funcionaba, hacía calor y el aire se había enrarecido.

—AMY, ¿qué pasa? —La IA no respondió.

Había pasado poco más de una semana desde ese intento fallido de salir, pero ahora, por alguna extraña razón, los sistemas de la casa no funcionaban, —tal vez ahora pueda escapar— pensó. Salió corriendo hacia la salida, —¡la palanca!— había olvidado la palanca, pero antes de volverse atrás puso la mano en el pomo de la puerta y lo giró suavemente, la puerta estaba abierta.

El aire de la mañana le refrescó la cara, se mantuvo por un momento en el medio del umbral, dudó. Hace unos días atrás estaba convencido de salir aunque le costara la vida, pero ahora tenía miedo, ¿miedo de qué? —¡el virus!— sí, tenía miedo del virus pero en realidad su mayor temor era la tan anhelada libertad.

Por fin, decidió ser libre, salió hacia la calle, miró a un lado y al otro del largo y solitario camino de asfalto. La energía se restableció, escuchó los motores de las casas vecinas que empezaban a funcionar, se alejó corriendo de su casa, corriendo lejos de AMY.

Los rayos del sol comenzaron a dibujar el gris de un montón de casas sin pintar, la soledad y el abandono contrastaban con el hermoso color dorado del cielo de la mañana. Snowtin llamó a un par de puertas, aquí y allá pero nadie le respondió, nadie le abrió, siguió caminando, quería conocer a otro ser humano para contarle lo que había pasado y saber lo que piensa el otro, pero sólo encontró puertas cerradas en medio de una ciudad abandonada.

El sonido lejano de un ruidoso motor de combustión llamó su atención, por un momento parecia acercarse, pero ahora se estaba alejando, Snowtin corrió cuesta abajo hasta llegar a una esquina, desde donde pudo ver a lo lejos un auto rojo que cruzaba a toda velocidad por la avenida suspendida, el auto bajó por la elevada y luego regresó, si continuaba con esa trayectoria pasaría cerca de los límites del vecindario, Snowtin pensó que podía alcanzarlo, pero tenía que apurarse.

Corrió como nunca antes, las sesiones de ejercicio matutinas con AMY no habían sido en vano, estaba en buena condición física, sin duda lograría llegar y llamar la atención del conductor. Pero no conocía el terreno, unos metros después de salir de las calles no evitó el borde y cayó por un terraplén, rodó cuesta abajo hiriéndose el brazo.

Lentamente se reincorporo, lamentándose sobre su doloroso brazo cuando escuchó un chasquido metálico justo detrás de su cabeza.

—¡Manos arriba!

Era la voz de una mujer, no tan seductora como la de AMY, pero si era una voz femenina, emanaba mucha dureza y hostilidad, pero vamos, ¡Era una voz humana!.

Mientras mantenía sus manos levantadas sus bolsillos fueron revisados, Snowtin no llevaba nada en su pijama.

—Date la vuelta.

Snowtin obedeció las ordenes de una chica delgada de ojos azules y pelo rojo corto, tenía una cicatriz en forma de V en su mejilla izquierda, no estaba sola, la acompañaban por otros 4 sujetos, todos ellos vestidos de negro y portaban armas.

—¿Vienes de las casas? ¿Por qué saliste?

—Sí, vengo de las casas, salí de allí porque quería ser libre, no podía soportar vivir encerrado aunque viviera cómodamente.

Tres de los sujetos eran hombres, uno de ellos muy alto y fornido, con una voz amenazadora, pregunto:

—¿No tienes miedo de infectarte con el virus?

—Por supuesto que sí, —respondió Snowtin— pero prefiero morir libre que seguir viviendo prisionero en mi propia casa".

—Me llamo Julia —la pelirroja extendió su mano hasta el momento en que todos bajaron sus armas— y ellos son Trernor, Kaaz, Palmuni, y Nilda, somos de la resistencia.

—¿La resistencia? ¿Qué resistencia? No lo entiendo, dijo un Snowtin dolorido, en ese momento, su brazo le recordó que había sido herido.

—Estás herido, vamos al campamento, primero tenemos que revisar ese brazo.

—El virus no existe, es un invento de las máquinas para mantenernos controlados en nuestros hogares —explicaba Julia— Hace un par de años se formó la resistencia, luego se organizó en varias células, nuestra célula tiene la misión de reclutar nuevos miembros, por eso es que llegamos aquí y saboteamos el sistema de energía para que ustedes pudieran escapar.

—No vi a nadie más en las calles, ¿no liberaron a más gente?

—Es difícil liberar a los que no quieren ser liberados, las personas prefieren sentirse cómodas y seguras dentro de sus casas antes de exponerse a un virus, que en realidad no existe.

—¿Cómo puede ser que el virus sea una mentira, he visto a gente morir por él, las noticias...

—¡Fake news! —interrumpió Julia— todo es un montaje hecho por máquinas, realmente los periodistas te parecen incluso humanos.

—Bueno, ahora que lo pienso... —continúa Snowtin— ...oye, el deportivo rojo, ¿están contigo?

—¿De qué estás hablando? Los únicos vehículos en las calles son los dispensadores de comida.

Los drones de vigilancia y los convoyes eléctricos que depositaban la materia prima para la alimentación en los almacenes de las casas eran los únicos vehículos que se desplazaban por la ciudad, no se usaban combustibles fósiles y los autos que lo necesitaban estaban prohibidos desde hace décadas debido su acción contaminante. Pero entonces, ¿qué era ese vehículo rojo que Snowtin había visto? Ese vehículo que, Julia y su grupo no pudieron oír debido al ruido de las alcantarillas.

Ese día Snowtin Misth fue el único que escapó de casa, desde entonces se convirtió en parte de la resistencia.

Se la llevaba muy bien con Julia, tenían muchas cosas en común. Ella influía fuertemente en él a medida que pasaban los días, Snowtin estaba ahora firmemente dispuesto a liberar al mayor número de personas del yugo de las máquinas, esa era su misión.

Continuara...


Alerta de spoiler, la historia original escrita el año pasado para uno de los concursos de @bananfish:
https://steempeak.com/tellastorytome/@darthgexe/comfortably-prisoner

Gracias por tomarte el tiempo de leer mi post, no dudes en dejar tu comentario.




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