Te conocí y me enseñaste a vivir
mi vida empecé a sentir,
todo era calculado
y mis decisiones no dependían de mi.
Era como una presa
que se le niega a salir,
como una niña traviesa
que los padres quieren reprimir.
Hasta que te conocí
y me regalaste otra forma distinta de vivir,
me llenaste de sorpresas simples
que me hicieron ser cada vez mas feliz.
Cada vez que te veía
un anécdota me relatabas de ti,
fueron tantos los recuerdos
que mi corazón se lleno de tu existir.
Eras como una estrella
que rodeada de otras no puede ocultar su luz,
tu presencia llenaba el lugar
aunque solo estuvieras tu.
Era sorprendente la manera
que te dirigías a mi,
con palabras bien pensada
como si fuera un recitar que no tenia fin.
Cada momento fue único
y lo almacene para revivir,
mi vida daba un cambio brusco
y eso se debía solo a ti.