¿A qué hora comienza tú aventura?

El caminante se levantó aquella fría mañana, era el primer día de vacaciones de 21 que la empresa le hubo concedido, hacía muchos años que no sabía que es estar libre de quehaceres. Ese sábado era un tanto extraño, salió a caminar sin rumbo, estaba sólo; su familia fue de visita en otro pueblo a 10 horas de camino, en la noche viajaría para reunirse con ellos. Pasó por un parque y vio a un hombre mayor sentado en una banca, hablando con un pequeño de unos 7 años; de inmediato recordó a su mentor -el abuelo de la playa-

Aquel hombre le decía al pequeño: “En la vida tienes que aprender a elegir, porque todo es una elección, el ideal es que aprendas a decidir con la sabiduría que te van a dar los años, pasa varios minutos en meditación y en el aprendizaje continuo, ellos junto a tus actos crearán los parámetros que te guiarán; aprenderás a entenderte a ti mismo, que es lo más valioso que llegarás a encontrar; recuerda siempre: ¡antes que todo adquieres estos saberes!” Sé cómo el gato: -persigue lo que quieres, y no pares hasta atrapar tu objetivo- El caminante recordó el proverbio 22:6, que dice: Entrena a un muchacho en el camino que debe seguir; y no se apartará de él, ni en la edad avanzada”

Su mentor, el abuelo de la playa le decía: “el universo tiene dos tiempos, uno de luz y otro de oscuridad; se les llama día y noche, él conspirará a tu favor si tus intenciones son las correctas, todos tus actos serán una agradable aventura, si te gozas de lo que haces; porque hay aventuras que se quedarán en ti, y tú te quedarás donde la aventura te carga de energía emocional y corporal; algo importante: escápate de la tiranía de los malos hábitos, de las mañanas o de las noches caóticas de sucesos que te quitan energía, aprende de esas aventuras, y busca deshacerte de ellas.”