A veces cuando llegamos a un límite en nuestras vidas y vemos que nada ha funcionado en nuestros emprendimientos; es cuando debemos recordar estas palabras del empresario estadunidense Jim Rohn: “Si no te gusta lo que estas cosechando, será mejor que cambies lo que has estado sembrando”
¡Saludos apreciados amigos, deseándoles un armonioso descanso!
Sembrar y cosechar es una continua labor, tanto en la mente, en el corazón, en las relaciones, en los negocios, y por supuesto en la tierra fértil. A través de una conocida metáfora de campo, analicemos juntos, como se logró un nuevo comienzo.
Sucedió en una lejana población, cuando atravesaba una hambruna de varios meses; un joven había ido a estudiar a la ciudad, escuchó la difícil situación de su aldea y la granja de sus padres, estaban agotando toda reserva de alimentos. Fue al laboratorio agropecuario y expuso la situación; uno de los científicos, escuchó atentamente y recordó que habían guardado unos paquetes de semillas, de una nueva variedad de maíz, más fuerte a los vientos y más sutil a los polinizadores.
Le ha entregado pocos paquetes de semillas y unas sencillas instrucciones de compartir en equipo comunitario y de cómo cuidar la variedad. Tengan cuidado -decía la instrucción- de sembrar la misma semilla en todos los cultivos de la región; por que el viento y los polinizadores transportan la fertilidad, y si la semilla es de la misma clase, no habrán cruces que dañen ni alteren la calidad de la cosecha. Para ello deberán compartir la semilla con todos, arreglar los suelos y sembrar de nuevo. Como hay tan poca semilla, deberán esperar varias cosechas, para que abunde la semilla; deberán seleccionar cuidadosamente nuevos granos-semillas de las primeras cosechas.
Al final de las notas, apareció una frase del erudito y teólogo islámico del siglo XIII -Rumi- “En esta tierra, en este suelo, en este campo puro, no plantemos ninguna otra semilla que no sean semillas de compasión y amor”
Cuenta la historia que el padre del joven se hizo responsable y líder del nuevo proyecto, siguió instrucciones y al primer año, ya habían cosechado 2 veces, aplacando el hambre de la región y se presagiaban un par de cosechas abundantes y de calidad, para iniciar a vender el maíz a otros pueblos.
La región experimentó que ayudándose mutuamente, lograron darle nuevo valor a sus vidas, generando bienestar comunitario.
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