La primera película que vi de director chileno Pablo Larraín, fue Tony Manero, protagonizada por el actor Antonio Castro, recurrente en posteriores film de cineasta. Quede prendado a su estilo y su siguiente película titulada Post Morten, me confirmo que era un director latinoamericano a tomar en cuenta. Luego, se encargo de la serie Prófugos para HBO y el éxito internacional lo obtuvo con la película “No”. El Club, Neruda y por ultimo dirigiendo a Natalie Portman en la película sobre Jackie Kennedy. Tenía muchas ganas de ver el más reciente trabajo. El film esta bien, pero no me ha gustado tanto como esperaba…

Una parte de la crítica especializada de cine ha publicado buenas reseñas del film. Un director que mantenía una racha de excelentes producciones, tenía bajo sus órdenes nuevamente a Gael García Bernal, esta vez como actor secundario, pero cuyo nombre es el gancho comercial del film. Reportajes donde alaban la actuación de Mariana Di Girolamo.

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Ema es una bailarina del grupo de danza de Gastón, su esposo. Habían adoptado un niño crecidito, llamado Polo. Pero unos hechos que nos van mostrando a medida que avanza el metraje, los obligaron a devolver al chico al programa de adopción. El mismo ha sido asignado a otra pareja. Devolver al niño los hará pelear y achacarse la culpa entre ellos. Especialmente a Ema. Entonces, la protagonista decide separarse de Gastón, tanto personal como profesionalmente. Se va con las amigas bailarinas a trabajar en coreografías de reggaetón y organiza un plan para recuperar a Polo. Sin importar el daño emocional que puede causar en otras personas.

El principal problema es la pérdida total de la coherencia. El plan de Ema y la resolución final de la historia, con la escena final feliz no tiene sentido. No puedo contarles el final, ni el gran plan de Ema. Tienes que verla y sacar tus propias conclusiones.

_{Esta muy bien que un director hombre, haga una película con un personaje feminista. Cansada de ser señalada por la sociedad y culpada por todos (hasta los profesores de Polo). Siempre siguiendo órdenes de la pareja, quien la dirige en la danza. El personaje, decide tomar las riendas de su vida y hacer lo que siempre ha querido hacer. Recuperar el niño que devolvió, teniendo todo en contra. Y hasta bailar lo que antes le parecía una basura de música. La discusión sobre el reggaetón entre Gastón y las amigas de Ema es una de las mejores escenas. Pero todo este contexto, que pintaba bien, lo desarrolla acostándose con todos y luego colorín colorado, vivamos juntos como hermanos.}

Larraín vuelve a contar con el director de fotografía Sergio Armstrong. Asiduo colaborador del cineasta. Juntos han dotado a los anteriores films de una fotografía muy reconocible. En Ema hace otro trabajo estupendo, fue lo que más gusto de toda la película. Las escenas con fuerza mucha fuerza emocional, se logran, Gracias al trabajo de fotografía.

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Coincido con los especialistas en solido desempeño actoral de Marian Di Girolamo. Conocida en su país por las participaciones en varias teleseries. Con Ema da un salto enorme. Tiene la responsabilidad de ser el centro de la historia. Le favorece el magnético look que luce. Espero que continúe su carrera haciendo películas.

Puede ser que la vi cuando mis ánimos no eran muy buenos. Puede ser que a ti te fascine ese rollo de la súper mujer empoderada. Puede ser que no te importe las incoherencias del plan maestro de Ema. Es por ello, que la recomiendo…