Hay un momento en el que en nuestras vidas surgen algunas situaciones incómodas, esas que deseamos no ocurran nunca pero ahí están, llegan y tenemos que hacerle frente al asunto, por lo que puede ser incómodo, pero sencillamente tenemos que afrontar la situación.
Sin embargo, ante ciertas realidades hay muchas diferencias en el modo de abordarlas y están condicionadas por la manera en la que solemos asumir nuestras realidades, para un mismo problema pueden haber distintas soluciones, es la realidad, aunque con frecuencia al momento que nos corresponde abordarlo no veamos tales soluciones.
Aún así, las hay, pero hay quienes refieren centrar se el problema, y sin duda alguna que es este un gran problema, porque la idea es seguir avanzando, dejar rápidamente atrás eso que se presentó, quedarnos con el aprendizaje, y seguir, pero hay incluso aquellos que se visualizan con ese problema permanente en sus vidas, no lo ven como algo que es pasajero sino como algo que llegó para quedarse, insistiré, es un grave error esta actitud.
Lo mejor es afrontar, ver las opciones de resolución, si es que la tiene, y si no es así, entonces lo mejor será asumir que no se puede, y centrarnos en lo que sí podemos ya que es lo mejor, es la mejor manera de avanzar hacia donde nos hemos planteado sin necesidad de tener ese peso encima de algún error cometido o de una situación difícil.
No enfocarnos en lo malo, sino en lo bueno de cada situación, aunque pudiera resultar complicado en primera instancia, seguro que es lo mejor para nuestras vidas, porque situaciones difíciles siempre van a existir, pero lo ideal es que podamos solucionar y seguir, definitivamente es lo mejor para todos. Lo practico a diario, forma parte de mi filosofía, y no tengo pensado cambiarla.
