La cebolla se sitúa entre las primeras plantas cultivadas por el hombre. Su origen se ubica en Asia Central, y era considerada casi un talismán por los egipcios, que le atribuían el alivio de numerosas enfermedades. También era sumamente apreciada por griegos y romanos, quienes introdujeron en Europa su consumo.

Como alimento su uso se extendió ampliamente durante la Edad Media. En la actualidad es la tercera hortaliza más cosechada después del tomate y la papa, cultivándose y siendo utilizada en todo el mundo.

Es un alimento que se caracteriza por su bajo valor calórico y alto contenido en fibra. Entre sus múltiples capas esconde numerosas propiedades nutritivas y medicinales, con un contenido significativo de minerales y oligoelementos (calcio, magnesio, cloro, cobalto, cobre, hierro, fósforo, yodo, níquel, potasio, silicio, zinc, azufre y bromo), y de algunas vitaminas.

Entre sus componentes se encuentra la quercetina, que tiene efecto antioxidante, y también componentes ricos en azufre, que le dan su olor característico.

En la cocina es muy versátil y la mejor forma de aprovechar los beneficios de la cebolla es consumirla cruda, así estimula mejor el funcionamiento del hígado, el páncreas y la vesícula, aunque al cocinarla no se producen grandes pérdidas en sus propiedades nutricionales

Recientemente, tuve la oportunidad de elaborar Cebollas Caramelizadas en la casa de mi madre. Este es acompañante ideal para usar como topping en hamburguesas, perros calientes (hot dogs), sandwiches, rellenar tartaletas o como sustituto de la cebolla salteada en la elaboración de la tortilla española. También puede emplearse como guarnición para platos a base de carnes o aves.

Para caramelizar la cebolla, buscamos provocar las reacciones de Maillard, un proceso químico que surge en algunos alimentos, cuando los azúcares que contienen, en nuestro caso en particular, la cebolla se van transformando en caramelo como consecuencia del calor. Para ello es necesario cocinar la cebolla a fuego muy lento y con un poco más de aceite de lo habitual, para evitar que se queme antes de tiempo, y tome un desagradable sabor amargo.

Ingredientes para Elaborar Cebollas Caramelizadas

• Seis Cebollas grandes, moradas o blancas
• Cuatro cucharadas de Azúcar blanca o morena
• Una taza de Aceite Vegetal
• Una cucharadita de Sal fina
• Una cucharada de Vinagre Balsámico de Modena o Vinagre de Vino (opcional)

El proceso se inicia picando las cebollas en tiras largas (julianas) en trozos no muy delgados, mientras tanto en una olla o sartén profunda se coloca el aceite y se calienta a fuego lento.

Posteriormente, se colocan las cebollas, revolviéndolas bien para que se impregnen del aceite caliente. Pasados unos cinco minutos, se le agrega la sal para que las cebollas desprendan parte del agua que contienen. En unos dos minutos, las cebollas parecieran estar "nadando" en líquido.