Por ser domingo desperté más tarde; como a las 9 am, pasé al baño por mi aseo personal y mientras eso sucedía mi mamá empezó a preparar las arepas de harina de maíz amarillo, cuando estuvieron listas rellené las de los niños con queso duro rallado, la mía la quería con queso guayanés, pero como de ese no quedaba suficiente completé el relleno con queso rallado. El completo del desayuno fue una taza de café negro.

Para el almuerzo, que lo disfrutamos pasadas las dos de la tarde mi papá prepararó arvejas amarillas guisadas, la vez pasada cuando las hizo las cocinó por 20 minutos en la olla de presión, como a mi parecer habían quedado un poco duras para esta ocasión le pedí que las ablandara un poquito más, pues las dejo 10 minutos más y las arvejas desaparecieron, ja,ja,ja, así que parecía más bien un caldo, pero eso sí muy sabroso. Para completar estos granos también fritó pescado (lamparosa), tajadas de plátano e hizo un arroz blanco. Una comida muy sustanciosa cargada de muchos nutrientes.

Finalmente para la cena los niños me habían pedido chicha, pero como no tenía para hacerla instantánea opté por hacerles una crema de arroz caliente, agregando en medio litro de agua tres cucharadas de harina a base de arroz, 3 cucharadas colmadas de leche, azúcar, canela y cocinándolo a fuego medio hasta espesó, al final le agregué vainilla. Este alimento que quedó bien espeso lo acompañamos con pan tostado con margarina y queso.