Vida plena

Una vida bien llevada, depende en gran parte de la actitud que decidimos asumir ante las situaciones que se nos presentan. Si bien hay hechos de los que no tenemos control, la postura con la que elegimos afrontarlos, determinará en gran manera nuestra realidad. Al comprender que sí tenemos el poder de elegir nuestras acciones y decisiones, es mucho lo que lograremos en beneficio de nuestro bienestar y de quienes nos rodean.

Se ha dicho mucho acerca de que las situaciones adversas nos ponen a prueba: nuestra fortaleza, carácter, capacidad de resolver problemas, entre otros, y creo que así es. No se trata de celebrar la adversidad, sino de hacer lo posible de salir fortalecido al pasar por ella, es lo que se denomina resciliencia; también es importante comprender que todos somos vulnerables a pasar por distintos procesos difíciles y diferentes, no podemos pretender que todo es un camino de rosas, sino que la vida es una combinación de sucesos y experiencias que nos abarcan.

A propósito de lo anterior, sí es muy importante apreciar y valorar lo bueno que nos acontece y con todo lo que contamos, esto te puede llevar a experimentar emociones positivas, apartando los temores innecesarios y la insatisfacción. A continuación algunas consideraciones que podemos tomar en cuenta para nuestro bienestar general:

• Mantén tu atención hacia el momento que vives. A veces malgastamos nuestra vida pensando en el pasado o en el porvenir.

• Observa tu entorno, esto te ayuda a mantenerte enfocado.

• Pregúntate qué pudieras aportar para mejorar tu espacio, y actúa en consecuencia. Un pequeño cambio en la decoración, limpieza, ajustes que pueden mejorar tu ambiente.

• Dar un paseo diario ayuda a tu salud física y mental. A solas o en compañía, ambas son beneficiosas.

• Sonríe, si es necesario busca recursos a través de internet, libros o cualquier medio a tu alcance que propicien la risa y alegría.

• Plantéate objetivos realistas y haz algo cada día, en función de su cumplimento.

• Tu relación con otros es importante, ante cualquier desavenencia, piensa antes de hablar, para evitar palabras hirientes, actúa con asertividad.

• Trabaja en tu autoestima, valora tus puntos positivos.

• Comparte con otros, hasta una cobija que nunca usas, puede ser la mejor ayuda que algunas personas puedan recibir.