Cumplía apenas 9 años, cuando muere en un trágico accidente aéreo un gran comunicador social al cual admiraba. Sí; puede parecer curioso, pero siendo tan niña sentía un profundo respeto y admiración por ese señor de grandes anteojos y voz profunda, con un discurso tan elocuente que veía y escuchaba como hipnotizada a través de la pantalla del TV. Recuerdo que al finalizar sus programas siempre daba un mensaje positivo, nos invitaba a ser “buenos ciudadanos”; en las entrevistas que realizaba sus preguntas eran inteligentes, inquisitorias, pero siempre respetuosas; se podía decir que era polémico, aunque en aquella época no sabía que significaba.

Escuché con asombro y tristeza la noticia, noticia que hizo que aquel cumpleaños no fuera tan “feliz”. Tomé cuaderno y lápiz y le dedique desde lo más profundo de mí un sentido escrito. Sí; ya escribía, aunque el único lector de aquel escrito haya sido mi vecino, contemporáneo conmigo y cuya reacción fue: ¿Eso lo escribiste tú? Desde siempre, desde que aprendí a leer y escribir mi manera de expresarme, de drenar mis tristezas es escribiendo: pensamientos, relatos, poesías, reflexiones, historias…

¿Por qué me inspiró este personaje? Más que por su porte y presencia, que no se puede negar era imponente era por lo que era capaz de transmitir porque era un innovador, inteligente, educado y muy profesional, cualidades que siempre he admirado (ahora me doy cuenta que desde niña) y quizás porque me sentía identificada, ya que al igual que yo lucia con orgullo sus gafas correctivas.

Una de mis opciones para estudiar en la universidad fue comunicación social y analizándolo ahora posiblemente fue porque siempre me acompañó aquel episodio de mi niñez, aunque no lo recordara conscientemente.

Esta es la historia de inspiración entre RENNY OTTOLINA y aquella niña de 9 años y “alma vieja”...

@oscarina

Mi participación en el concurso Escritores estrellas de steem

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Fotografía e ilustración de mi propiedad.}