Reflexiones semanales #24: “Una persona inspiradora a la que admiro”

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Una de las personas que más he admirado a lo largo de mi existencia es a mi hermana Hilda Josefina, porque se trata de una mujer ejemplar, que ha sabido mantenerse firme dentro de sus valores y creencias, a pesar de los cambios que se han suscitado en su entorno y de los grandes obstáculos por los que ha atravesado su vida. Desde que era muy joven, ella demostró su dedicación inquebrantable para alcanzar sus metas, además de sus grandes virtudes para la composición poética, lo cual le confirió un sitial de honor entre los grandes folcloristas de nuestra región.

Cuando yo era apenas un niño de corta edad, Hilda era ya una señorita a la que jamás se le escuchó decir una palabra obscena ni se le vio realizar ninguna acción alejada de la moral y las buenas costumbres. Eso no la convertía, de ninguna manera, en una persona aburrida, en uno de esos seres obsesionados tanto por la ultracorrección de sus virtudes que se olvidan de divertirse. Ella promovía fiestas, paseos hacia sitios turísticos, escribía obras dramáticas en las que fungía como directora cuando eran representadas, componía canciones y formaba agrupaciones de canto para la interpretación de melodías tradicionales… El primer conjunto de aguinaldos que existió en el pueblo y la primera vez que fue dramatizada en vivo toda la historia del nacimiento de Jesús son recordados ejemplos que forman parte del legado que esta hermana ha dejado en su terruño natal.

En la flor de su juventud, Hilda Josefina decidió que quería estudiar enfermería. Esto no era, por supuesto, nada extraño en una mujer cuya sensibilidad humana se manifestaba en cada uno de sus actos. El problema estaba en que no existía ningún centro de educación cercano donde se impartiese esa carrera ni nuestra madre contaba con los recursos financieros para enviar a una hija a estudiar tan lejos de casa. Ella no se amilanó, sin embargo, ante esa dificultad; buscó la solidaridad de unos amigos del pueblo que residían en la ciudad donde había una escuela de enfermería y logró salir de aquella tierra donde había pasado toda la vida con el propósito de hacer realidad su mayor sueño en esos momentos.

Dentro de su profesión, se destacó siempre como una de las mejores trabajadoras asistenciales de la región y del país en general. Más de una vez, los más connotados especialistas médicos declararon su confianza ante el desarrollo de una intervención, o en la atención de un paciente en cualquier circunstancia, si la enfermera que se encontraba presente era Hilda. Todo cuanto ella realiza en este mundo está impregnado de las más altas cualidades, del correcto proceder que en todo instante la ha caracterizado. Habría que escribir un extenso libro para reconocer a cabalidad los grandes logros dentro de sus aspiraciones individuales y en lo concerniente a su faceta de compositora.

Hoy en día, mi querida hermana Hilda Josefina vive rodeada de hijos, de nietos, de hermanos y amigos que continúan disfrutando de su versatilidad humana, de su conciencia social, de su verticalidad ejemplar como persona de bien y de la proverbial alegría de una señora que todavía canta y alegra los más significativos acontecimientos de su pueblo… Ella ha sido una de mis principales inspiraciones para ser el hombre que soy y el que siempre seré.

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Invito a los amigos:
@pathanapsana,
@lirvic y
@sur-riti

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_{Nota: Las imágenes pertenecientes al autor fueron tomadas con la cámara del teléfono móvil, modelo: Samsung SM-A135M.}