En algún momento alguien me contó una grandiosa fábula en dónde decía que una gallina puso huevos y por accidente resultó dando calor a un huevo de águila los polluelos vieron por primera ves la luz del día el águila creció junto con los polluelos y un día como cualquier otro miro hacia el cielo y dijo pero que es eso tan lindo como puede volar con tanta facilidad y dijo la gallina si ese es el águila dorada rey de los aires pero no mires hacia allí nosotros somos de aquí abajo desde ese entonces el águila jamás volvió a mirar hacia arriba y murió pensando que también era una gallina