¡Hola, hola amigos internautas de Bangladesh!

En esta nueva oportunidad paso por acá a desempolvar mis recuerdos más preciados de mi adolescencia; en donde viví una de las etapas más bonitas que que fueron mi soporte para lo que hoy en día soy.

(Imagen creada en Canva)

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Es muy curioso para mí tocar este tema, ya que mi vida escolar siempre fue muy rotativa. En mi primaria, siempre cambié mucho de escuela y no era precisamente por ser mala conducta. Eran problemas de transporte, coordinación de tiempo de mis padres, entre otras más.

Recuerdo claramente cuando llegué a mi primer colegio en bachillerato. Sentía que había conseguido mi lugar, pero al fin y al cabo, terminé yendo a otro colegio. Eso me enseñó a salir de mi zona de confort y aprovechar las oportunidades que se me presentaban. Me llevé a las personitas con las que compartí en mi corazón y seguí a mi nuevo rumbo.

Llegó mi segundo año, y en él por fin conseguí un lindo lugar con mis compañeros, que muchos de ellos, se volvieron como mi familia.

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(GIF de mi autoría)

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Podría decir que aunque éramos muy distintos en pensamiento e ideología , cada uno se volvió la pieza que armaba un rompecabezas idóneo. Nos volvimos la mejor sección de nuestra generación y aunque en muchas ocasiones teníamos nuestras diferencias, éramos un gran equipo en conjunto.

Mis amigos favoritos:

Conocí a personas increíbles, como mi mejor amiga Emely, que hasta nuestra fecha, seguimos manteniendo lazos significativos. No puedo negar que en el proceso no fue todo disfrute, también hubo mucho sacrificio, constancia, desveladas y números sin fin; pero al final, todo valió la pena. Ya que gracias a ello, mi formación fue como lo desearon mis padres; a quienes llegué con mi título en mano.

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Mi profesora favorita:

No solamente conseguí buenos amigos, sino que tuve la dicha de conocer a los mejores profesores del mundo a mi parecer, pero si tuviera que mencionar a alguno, sin duda alguna sería a mi profesora de Castellano, Johanna Landaeta. Una mujer con un mundo creativo que nos dejaba explorar más allá de lo cotidiano. Siempre tratando de que fortaleciéramos nuestro lado artístico o dejásemos salir nuestras mejores cualidades. Una de las actividades que siempre tengo presente, fue crear una novela libre, de allí nació mi primer acercamiento a la tinta y el papel.

Además, nos regaló un video maravilloso en que nos recordó nuestra casa de estudio ya que nuestra promoción no tuvo acto de grado debido a la pandemia. Ella se esmeró por dejarnos algo que es increíblemente invaluable, por eso y mucho más, merece todo el reconocimiento del mundo por el excelente ser humano que es.

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El día más triste:

Una experiencia dolorosa y triste en mis años de bachillerato sin lugar a duda fue la muerte de un hermano de uno de nuestros compañeros. Al igual que él, era alumno de la institución. Era un día lluvioso y nublado, sentíamos el dolor en carne propia. Habían llevado el cuerpo al colegio e hicimos acto de honor mientras entonábamos el himno nacional. Él nunca volvió a ser el mismo luego de ello y nosotros tampoco. Fue un momento que nos unió como familia.

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Picnic en la vida escolar:

En realidad, no sé si podríamos hablar de picnics escolares, pero sí nos recreábamos o teníamos clases al aire libre cuando se nos iba la luz. (Algo muy venezolano diría yo). A su vez también realizábamos exámenes, hojas de trabajo o actividades científicas. Cerca teníamos una cancha, así que podíamos observar a otros años jugar, aunque en una ocasión el balón salió volando directamente a mi cabeza, jaja.

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El día más memorable:

Un momento significativo, fue el día de la celebración de nuestra promoción. Todos ése día compartimos entre dulces típicos, bailes y risas. Recuerdo que todo el colegio estaba de espectador y nuestra generación entró de la mano mientras dábamos ése paso tan importante. El nudo en la garganta que sentí aún es perceptible a pesar de los años. Fue un momento que nos llenó de orgullo y de elogios. Ése día nos dimos cuenta de lo mucho que crecimos y que pronto vendría el adiós a ese lugar que nos acogió por años; el último timbre, la última partida de UNO, el último desayuno junto a todos. Son tantas las sensaciones que no hay palabras que definan ese sentimiento. A veces extraño esos años en que mi única preocupación era ser sobresaliente y llegar con un examen de buena calificación a casa y ver la sonrisa inmensa de mi mamá. Creo que estamos tan enfocados en crecer que olvidamos lo bueno de ser niños. ¡Nunca dejes que muera esa esencia de niño interior!

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¡Agradezco mucho el tiempo que te tomaste en leer esto, amigo internauta!

Te mando un súper abrazo. 🤍

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Invito a participar a:

@eglynhail, @miguelc11, @jamesburke

¡Espero se animen chicos!

Acá el link del concurso: https://steemit.com/hive-170554/@steem4bangladesh/sec-s15w2-my-school-life