He realizado algunos campamentos hacia montañas, pero estas me intimidan más que el mar. Nunca he caminado tranquila en zonas boscosas, pues me imagino que de cualquier lugar puede salirme una culebra o animal venenoso.

Y no se trata de que en el mar no haya peligro con animales, pero son menos letales, jajaja. Por ejemplo, "Un aguamala" te roza y hay que tener bastante uña para rascarse; o un "bagre puede puyarte y el dolor es intenso". Sin embargo, de ambas cosas nos podemos recuperar sin que la muerte esté segura.

_{En el malecón de Carúpano}

Tengo muchos recuerdos de la playa. En mi adolescencia, cuadrábamos para irnos todos los chicos del barrio a la playa, ya que queda a tres cuadras de mi casa. La única del grupo que no aprendió a nadar fui yo. Ellos se iban para lo profundo, con el objetivo de ver la "Cúpula de la Iglesia Santa Rosa", y yo los esperaba en la orilla sacando guacuco. De hecho, nadie me gana en estas lides.

Cuando tuve mi primer novio e íbamos a la playa; él se quedaba conmigo en la orilla, y eso motivaba la echadera de broma. Nos decían: "Esta pareja no es de alta mar, sino de orilla", jeje.

_{Con mis sobrinos, jugando a enterrar al muerto}

Adoro hacer castillos de arena, sacar guacuco, observar el ir y venir de las olas, sentir la bruma del mar, marcar mis pies en la arena y luego observar como se borran sin dejar huellas.

Invito a mis amigos @genomil, @aplausos y @sharifanamin. Aquí la información